155. Mis Patatas Revolconas (27 minutos)

Llevo un rato pensando qué excusa poner para justificar el tiempo que hace que no escribía en el blog y… ¡no he encontrado ninguna decente! Así que me voy a limitar a decir que han sido “causas ajenas a mi voluntad”;) que queda la mar de elegante y, realmente es la pura verdad. Pero no habéis llegado hasta aquí para oír una retahíla, sino para cocinar, ¿no? Pues vamos a darle caña a la receta de hoy, que es un clásico de la cocina de Ávila y viene fenomenal para estos días de invierno.

Como siempre, he optado por hacer la versión individual del plato, con lo cual, los ingredientes que os listo aquí, son para una ración (advierto que llena bastante, jeje, y el que avisa no es traidor). Para una ración (generosa) de patatas revolconas vais a necesitar:

  • 250 gr de patatas monalisa (de las que usamos al preparar las Patatas al Ajo Cabañil y el Guiso Otoñal de Patatas y Rebozuelos).
  • 60 gr de panceta ibérica de cerdo (de la que usamos para preparar el Guiso Otoñal de Patatas y Rebozuelos).
  • 250 ml de caldo de puchero (yo usé marca Aneto, pero elegid el que más os guste. Cuanto más bueno, mejor saldrá la receta).
  • 1 diente de ajo
  • 1 cucharadita, de las de moka, de pimentón.
  • Aceite de oliva virgen extra (medio vaso aprox, sobrará).
  • 1 pizca de sal

Para preparar nuestra receta, lo primero que vamos a hacer será pelar y lavar las patatas. Tras ello, las cortaremos en rodajas de 0,5 cm de grosor, como si fueran para hacer patatas panaderas). A continuación, cogeremos un cazo pequeño y pondremos en él las patatas junto con el caldo; lo pondremos a fuego fuerte (80% de potencia) y lo mantendremos así 10 minutos. Pasado ese tiempo, bajaremos el fuego (al 50% de potencia o algo menos) y mantendremos así otros 10 minutos, aunque ahora deberemos tener la precaución de remover de vez en cuando para que no se nos peguen las patatas al fondo del cazo. Como veis, a esta parte de la receta no es necesario añadirle sal, porque el caldo ya suele venir salado y corremos el peligro de salarlo en exceso si hacemos lo contrario. Si hiciera falta, podréis añadirlo al final.

En esta segunda fase, ya podemos poner en marcha un segundo fuego, donde pondremos en una cazuela con tapa (dato importante…) el medio vaso de aceite de oliva. Pondremos a calentar el aceite, al 70% de potencia. Mientras el aceite se calienta, cortaremos la panceta en tiras de 1cm de grosor aproximadamente y salaremos ligeramente. Cuando el aceite esté caliente, añadiremos la panceta y taparemos, pues sino pondremos la cocina perdida, ya que la panceta cocinada de esta forma tiende a “saltar” mucho. Mantendremos así, tapada y en el fuego, unos 5 minutos, hasta que esté bien tostadita por ambas caras. Tras ello, apagamos el fuego, sacamos la panceta y la reservamos en un plato junto a los fogones, para que se mantenga caliente. Retiramos de esta cazuela todo el aceite menos, aproximadamente, un par de cucharadas soperas, que dejaremos en la cazuela con el fuego apagado para que se enfríe un poco.

Llegados a este punto, ya habrán pasado los últimos minutos de cocción de las patatas, así que volveremos a centrar nuestra atención sobre este cazo. Veréis que las patatas habrán absorbido casi todo el caldo y nos quedarán únicamente las rodajas de patata cocidas y melosas. Si es así, apagaremos el fuego y aplastaremos, con ayuda de un tenedor, el contenido del cazo hasta lograr tener la consistencia de un puré de patatas. Cuando lo tengamos, mantenemos en el cazo sobre el fogón donde estábamos cocinando, aún caliente pero con el fuego apagado.

Volvemos una vez más a centrar la atención en la cazuela de tapa, donde habíamos dejado enfriar las dos cucharadas de aceite (del aceite que usamos para cocinar la panceta). Pues bien, lo que haremos ahora será encender el fuego, al 60% de potencia y añadir un diente de ajo, que habremos cortado a lo largo por la mitad con anterioridad. Removeremos para que tome un poco de color y nos aromatice el aceite y retiramos. Tras esto, añadiremos nuestra cucharadita de pimentón y removeremos con una cuchara de palo durante apenas 15 segundos. Tras ello, incorporaremos el puré de patatas a la cazuela y removeremos hasta que se integren bien todos los ingredientes y nos quede un puré “coloradito”. Cuando lo tengamos bien mezclado, nos quedará solo servirlo en el plato y ponerle por encima los trocitos de panceta como acompañamiento “crunchy”, jijiji. Y… ya está, hemos terminado. Buen provecho amigos!!! Espero que lo disfrutéis!!

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154. Guiso otoñal de Patatas y Rebozuelos (50 minutos)

¡Madre mía! ¡Que ha pasado una eternidad desde que no os escribo! Aunque es verdad que las circunstancias no lo han hecho posible, he de disculparme por ello y… no se me ocurre una forma mejor de hacerlo que trayéndoos este “recetón”. Y no es por crearos expectativas sino porque, de verdad, esta es una de las creaciones de la que más orgullosa me siento últimamente. Forjada en la cabecita aprovechando varios de mis tantos ratos al volante y llevada a la práctica con todo el mimo que hace que luego ese cariño se saboree en el plato.

Resumiendo, que me enrollo de más: Si tenéis que conquistar a alguien, os recomiendo encarecidamente prepararle este plato mientras dure la temporada de setas. Eso sí, no olvidéis que la lista de ingredientes que os dejo a continuación es sólo para una persona. Si lo hacéis para más, bastará con multiplicar las cantidades. Pues bien, ahí va la lista:

  • 145 gr de patatas monalisa (de las que usamos al preparar las Patatas al Ajo Cabañil)
  • 100 gr de rebozuelos (podéis usar también otro tipo de setas como lengua de vaca o níscalos, que aguantan bien este tiempo de cocción).
  • 1 diente de ajo pequeño
  • 20 gr de avellanas tostadas (de las que nos quedaron tras preparar los Orecchietti con Brécol y Avellanas).
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 25 gr de panceta fresca de cerdo ibérico
  • 250 ml de agua
  • ½ hojita de laurel
  • Sal

Para preparar esta receta, lo primero que hemos de hacer es pelar y tornear bien las patatitas. Si son pequeñas (as monalisa son las patatas que nos venden normalmente como patatas para guarnición), las cortaremos por la mitad, pero si son más grandes, las trocearemos en 4 o 6 partes para que nos queden pedazos de no más de 3 cm de lado. Tras ello, vamos a picar muy finamente el ajo y lo reservamos. También limpiaremos las setas, con un paño húmedo, y las cortaremos en tiras. Cortaremos también en tiras, de 1 cm de ancho, la panceta, eliminando la parte de la corteza. Por último, picaremos finamente las avellanas en el accesorio picador de la batidora, hasta reducirla prácticamente a polvo (aunque no importará que queden algunos trocitos pequeños). Hecho esto, ya tenemos todos los preparativos listos. Vamos allá con la cocción!

Lo que haremos ahora será poner una cazuela ancha (o rondón) al fuego, con las 3 cucharadas de aceite de oliva y al 60% de potencia. Cuando el aceite esté caliente, añadiremos el ajo picado, la panceta y la avellana molida, removiendo para que se dore todo y cocinando el conjunto durante aproximadamente un minuto. Tras ello añadiremos los trozos de patata y removeremos igualmente, durante otro minuto, para que se nos selle la superficie de la misma. A continuación, añadiremos los rebozuelos y repetiremos la operación (salteándolos durante otro minuto) y tras ello añadiremos los 250 ml de agua, sal y la media hojita de laurel. Dejamos cocinarse el conjunto durante 20 minutos sin tapar; pasado este tiempo, retiramos el laurel, tapamos la cazuela y dejamos cocinar, al 50% de potencia, durante 5 minutos más. Y… ¡Listo! Ya sólo nos queda emplatar nuestro guiso en una fuente bonita y disfrutar de todo su sabor.

Espero que os guste!!!

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153. Patatas al Ajo Cabañil (19 minutos)

Hoy vuelvo a traeros una receta de mi familia, de la rama murciana, como ya hiciera hace unos días con la “Sartencica del pobre”. Esta receta solía preparárnosla mi yaya a todos los primos cuando éramos pequeños y sé de buena tinta que se daba una buena trabajera para preparar esta guarnición para los 8 que somos… Bueno, buena trabajera teniendo en cuenta lo que nos duraban en el plato!! Jejeje. Y es que sí no habéis probado esta forma de “tunear” las patatas fritas, os recomiendo hacerlo encarecidamente.

En nuestro caso, como sólo vamos a hacer una ración (ya conocéis la filosofía del blog… ) no vamos a tardar ni mucho menos lo que tardaba mi yaya. ¿Os parece si empezamos? Aquí va la lista de ingredientes para una persona (si queréis hacer más, en este caso, basta con aumentar las proporciones, pero los tiempos de cocción se mantienen):

Para preparar esta receta, lo primero que haremos será limpiar muy bien las patatas, pues en mi caso he optado por cocinarlas con piel, ya que ésta era bastante fina. Si preferís pelarlas, no hay problema, la receta no se verá afectada por ello, jijiji. Tras ello, pondremos una sartén pequeña a calentar con abundante aceite de oliva (al menos 1,5 cm de profundo) al 70% de potencia.

Mientras el aceite se calienta, cortaremos las patatitas en bastones de 1 cm de grosor y todo lo largo que nos de la patata. Salamos los bastones ligeramente y los introducimos con cuidado en la sartén para evitar salpicaduras. Mantenemos las patatas en el aceite 2 minutos, dándoles la vuelta en al menos una ocasión con ayuda de una espumadera. Pasado ese tiempo, bajaremos el fuego al 60% de potencia y las mantendremos así (también volteándolas de vez en cuando) 6 minutos más. Finalmente, retiraremos las patatas del aceite y las pondremos, escurriéndolas todo lo que podamos, en un plato hondo. Apagamos el fuego y vaciamos la sartén.

Ahora llega el momento de preparar el “aliño secreto” 😉 Para ello, picaremos muy fino el diente de ajo y haremos lo mismo con el perejil fresco. Ponemos ambas cosas en una taza, a la que añadiremos el vinagre, las tres cucharadas, las dos cucharadas de aceite de oliva virgen y la hojita de laurel. Removemos bien y reservamos.

¡Ya casi hemos acabado! Sólo nos queda poner de nuevo la sartén que habíamos utilizado (ya vacía) al fuego, al 70% de potencia. Cuando la sartén esté caliente, ponemos en ella las patatas que habíamos reservado y vertemos sobre ellas el aliño. Éste empezará a borbotear bastante, pero no os asustéis, que no salpica y es justo lo que estamos buscando. Tendremos que mantener el conjunto así durante 2 minutos más, moviéndolo ligeramente para evitar que se nos doren demasiado el ajo y las patadas y… una vez transcurrido ese tiempo… ¡listo! Ya sólo nos queda servirlas en el plato y disfrutarlas antes de que se nos enfríen.

Buen provecho amigos!!

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145. Ensalada Campera Especial (45 minutos)

La ensalada campera es uno de los clásicos de verano para todas las familias españolas, los ingredientes básicos son siempre los mismos, pero… ¿os habéis fijado que no hay dos recetas iguales? Y es que en cada casa y cada familia se le da un toque especial. Yo no quería ser menos y quería darle a la receta de mi familia un toque especial para lograr un sabor nuevo y, aunque esté feo decirlo… ¡estoy muy contenta con el resultado! Así que voy a compartirlo con vosotros 😉
Allá van los ingredientes que vamos a necesitar para una ración (generosa esta vez… jeje. A mí me dió para dos días):

  • 8 gr de cebolleta (de la que habíamos usado para nuestro Tabulé oriental)
  • 10 gr de pimiento rojo (igualmente del que comenzamos con el Tabulé)
  • 5 kumatos cherry (también en la nevera tras la receta anterior).
  • 10 gr de pimiento verde
  • 1/3 de diente de ajo
  • 230 gr de patatas pequeñas (3, del mismo tamaño).
  • 1 huevo de gallina (o 6 de codorniz si queréis enlazarlo con la receta del salmorejo)
  • 60 gr de atún (comprad una lata grande, de 260gr para nuestras próximas recetas)
  • 6 aceitunas
  • 5 gr de miel
  • 4 cucharadas de un buen aceite de oliva
  • 1 cucharada de vinagre de Jerez.
  • Sal.

Para preparar nuestra receta, lo primero que haremos va a ser poner una olla al fuego, al 70% de potencia, con abundante agua y un poco de sal. Cuando empiece a hervir, añadiremos las patatitas entera, lavadas y con piel y las coceremos durante 20 minutos (o hasta que podamos pincharlas con relativa facilidad con un tenedor). En otro cazo, pondremos también agua a hervir para cocer el huevo, ya sabéis, durante 12 minutos.

Mientras las patatas y el huevo se cuecen, picaremos los pimientos, la cebolleta y el ajo y los pondremos en un tarrito junto con la cucharada de vinagre de Jerez, una cucharada de aceite y la miel. Removemos bien y dejamos macerando durante 30 minutos.

Ahora tendremos un ratito de espera. Tenemos que esperar a que terminen de cocer las patatas y el huevo. Cuando estén, los sacaremos del agua y los dejaremos enfriar (podemos forzarlo un poco si es necesario, pasándolo por agua fría. Cuando estén fríos, los pelamos y partimos en pedacitos de un tamaño adecuado para que los bocados sean cómodos.

Los pondremos en un bol y salaremos y añadiremos tras ello el atún desmigado, los kumatos cherry cortados por la mitad, las aceitunas y las otras tres cucharadas de aceite. Removemos bien y por último añadiremos al bol el contenido de nuestro tarrito de cristal: nuestras verduras maceradas con el vinagre y la miel. Removemos bien, servimos y… ¡disfrutamos! Espero que os guste esta variación, ya me contaréis.

Un abrazo!

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110. Fish & Chips con Dos Salsas (25 min)

Hoy tenemos entre manos una nueva receta de lo más “British”, y es que hace unos días vi un documental donde preparaban este plato y se me encendió la bombilla. La salsa tártara con la que se acompaña este plato nos va a venir fenomenal para ir gastando las cebolletas en vinagre que empezamos en la última receta. Ahora bien, con vuestro permiso, voy a escabullirme un poco de la receta tradicional en dos puntos. El primero de ellos es el cocinado, pues en la receta tradicional emplean grasa de riñón de buey para freír… y la verdad es que no me atrae mucho la idea. Y el segundo es el acompañamiento, que en mi caso, además de la tradicional salsa tártara, vamos a preparar una segunda salsa que nos sirva para dar salida a nuestros ingredientes, como es tradición en nuestro blog. Esta segunda salsa será una mahonesa de aguacate.

Y, hablando de ingredientes, vamos allá con lo que necesitamos, en este caso, para dos buenas raciones (o para una persona con mucha hambre!).

270 gr de patata roja, limpia.
350 gr de bacalao fresco (al natural, que no sea desalado), sin piel ni espinas, en un filete.
1 huevo
Harina
Panko (pan rallado japonés. Aunque también podéis utilizar una mezcla de pan rallado y corn flakes machacados para darle un toque crujiente).
Abundante aceite de oliva.

Para la salsa tártara:

  • 3 cebolletas en vinagre (unos 18 gr), de las que usamos para los wraps de salmón ahumado y aguacate.
  • 5 gr de alcaparras (más o menos una cucharada).
  • 15 gr de pepinillos en vinagre especiados (que sean lo más dulces posible. Yo usé la marca Krakus, de Polonia).
  • 1 cucharadita de perejil fresco picado.
  • ½ ramita de estragón fresco picado.
  • 1 cucharada de zumo de lima.
  • 70 gr de mahonesa.

Para la mahonesa de aguacate:

  • ½ aguacate, el que nos dejamos también sin gastar tras preparar los wraps de salmón ahumado y aguacate.
  • 70 gr de mahonesa
  • Sal
  • El zumo de 1 lima (menos la cucharadita que le vamos a quitar para la otra salsa)
  • La ralladura de ½ lima.

Para comenzar a preparar el plato, lo primero que haremos será empezar por las patatas. Las pelaremos y limpiaremos bien y cortaremos en bastones de 1 dedo de grosor por unos 3-4 cm de largo (lo que dé de sí la propia patata, jejeje). Prepararemos una sartén con abundante aceite de oliva y la pondremos a calentar al 50% de potencia. Cuando el aceite esté caliente (2-3 minutos después), pondremos a confitar las patatas y las mantendremos en el fuego durante 12 minutos, moviéndolas de vez en cuando.
Durante este tiempo, aprovecharemos para preparar las salsas. Para hacerlo podéis usar mahonesa de bote o bien preparar una casera con 1 huevo, 200ml de aceite de girasol y un poco de sal. Batiremos bien con la batidora hasta que ligue y usaremos la mitad de cantidad para cada una de las salsas.
Prepararemos primero la tártara, que es la más complicada. Para ello, picaremos lo más finalmente posible las cebolletas, el pepinillo, las alcaparras y las hierbas, que mezclaremos con la mahonesa en un bol y añadiremos finalmente la cucharada de zumo de lima. Probamos de sazón y corregimos si es necesario. Cuando la tengamos, la tapamos bien y a la nevera hasta que vayamos a servirla.

Seguramente en este punto, ya hayan pasado los 12 minutos de las patatas. Cuando esto ocurra, las sacamos de la sartén y las ponemos en un escurridor para que se enfríen y pierdan todo el aceite de más.
Mientras las patatas se enfrían, prepararemos la mahonesa de aguacate. Cogeremos la mitad de aguacate, lo cortaremos en cubitos y los pondremos junto a la mayonesa, en el vaso de la batidora. Añadiremos el zumo de lima, la ralladura de la misma (lo más fina posible) y un poco más de sal, para sazonas el aguacate que es un ingrediente bastante insípido. Trituramos, probamos de sazón y la dejamos a nuestro gusto. Cuando la tengamos, igualmente la tapamos y a la nevera hasta el momento de servir.

Ahora ya sólo nos falta terminar las patatas y preparar el pescado, la base fundamental del plato. Pues bien, lo primero que haremos ahora será cortar el filete de bacalao en supremas de unos 2-3 cm de grosor y todo lo que dé el filete de largo (6-8 cm). Estas supremas las salaremos muy ligeramente (porque aunque el bacalao que debemos coger no es desalado, suele tener bastante sabor), y las pasaremos por harina, huevo y panko para rebozarlas. Las piezas empanadas las reservamos en un plato hasta el momento de freír.

Ahora sí que estamos cerca del final. Pondremos nuevamente al fuego la sartén, esta vez al 80% de potencia, y cuando el aceite esté caliente, le añadiremos nuevamente las patatas y las cocinaremos durante unos 3 minutos o hasta que estén bien doradas. Sacamos del aceite y las dejamos de nuevo en el escurridor antes de emplatarlas. Bajamos ahora el fuego al 70% de potencia y vamos añadiendo los tacos de bacalao, manteniéndolos 1-2 minutos por cada lado para que se doren bien. Sacamos de la sartén a un papel absorbente conforme vayan estando listas.

Et voilá! Ya sólo nos queda ponerlo bonito en nuestro plato. Pondremos abajo una cama de bastones de patata, sobre éstos 2-3 supremas de bacalao y acompañaremos con las salsas en dos tarritos para ir sirviéndonos a nuestro antojo. ¡¡Y a disfrutar!! Ummmm!!!

Luego tomamos un té para merendar a las 5… 😉

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103. Guiso de Abadejo al Azafrán (32 min).

La primera vez que probé este plato siendo “adulta” fue de la mano de mi prima Arantxa, un día de verano, al volver de la playa, y me encantó. Pero lo cierto es que, según me dijo después, la receta original era de mi yaya (la madre de mi padre). Luego hice memoria y sí que es verdad que recordaba a los dos, mi yayo y mi yaya, disfrutando de este plato que yo, en mi ignorancia de la niñez, no veía para nada atractivo. Y es que muchas veces hay que hacerse mayor para poder valorar muchas cosas y entender otras tantas, y yo cuando volví a probar el plato de manos de mi prima entendí que realmente era un “platazo”. Así que hoy, con especial agradecimiento a mi prima por habérmelo re-descubierto y en homenaje a mis yayos, voy a compartir hoy esta receta con vosotros. Espero que os guste tanto como a mí.

Vamos allá con los ingredientes, como siempre, para una ración de este plato:

  • 50 gr de cebolla limpia
  • 200 gr de abadejo (del lote que empezamos para nuestra anterior receta de Abadejo al cava con crujiente de puerros).
  • 120 gr de patatas de guarnición, ya limpias.
  • 220 ml de agua
  • Harina
  • 10 hebras de azafrán
  • 1 hojita de laurel
  • Sal
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • Un poco más de aceite (para freír el pescado)

Para preparar nuestra receta, lo primero que haremos será cortar la cebolla en tiras cortas, de 0,5 cm de ancho aproximadamente por 3-2 cm de largo. Cuando la tengamos, pondremos una cazuela antiadherente al fuego al 60% de potencia, con las tres cucharadas de aceite de oliva. Cuando el aceite se haya calentado, pondremos a rehogar la cebolla y la tendremos así, removiendo de vez en cuando, durante 7 minutos. Mientras tanto, pelaremos las patatas y las cortaremos por la mitad o en 3-4 partes, dependiendo de lo grandes que sean. En definitiva, nos han de quedar pedazos de unos 3 cm de diámetro. Os recomiendo en este paso, para que la salsa ligue, que al cortar las patatas en trozos, en el último momento las rompáis. Esta parte rota se deshará con más facilidad durante la cocción del guiso, engordando la salsa.

Cuando hayan pasado los 7 minutos de la cebolla, añadiremos la patata. Le daremos unas vueltas para que coja algo de calor y, seguidamente, le añadiremos sal, la hoja de laurel, el azafrán y los 220 ml de agua. Lo taparemos, bajaremos el fuego al 50% de potencia y empezaremos a contar el tiempo, pues, desde este momento, el guiso deberá estar al fuego un total de 20 minutos.

Mientras la primera parte del guiso está en marcha, abordaremos la segunda: el pescado. En este punto, salaremos y cortaremos nuestro abadejo en tacos, de unos 4 cm de lado en esta ocasión. Los pasaremos por harina y los freiremos en abundante aceite bien caliente (al 70% de potencia) durante 45 segundos por cada lado. Los sacaremos con cuidado de no romperlos y de escurrir bien el aceite sobrante. Lo reservaremos en un plato y lo incorporaremos al guiso cuando queden unos 10 minutos de cocción. Durante estos últimos 10 minutos, que ya nos irá quedando menos caldo, debemos tener la precaución de sacudir o “menear” nuestra cazuela de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo y remover a la vez el contenido de la misma.

Cuando lleguemos a los 20 minutos, comprobaremos que la patata está hecha. Lo haremos pinchándola con un tenedor y, si no nos pone resistencia, es que está lista. Si lo está, apagamos el fuego y listo; si no lo está, lo aguantamos un poquito más al fuego hasta que la tengamos lista. Cuando lo tengamos, solamente nos quedará servir el guiso en nuestros platos hondos y ¡disfrutarlo!

¡Bueno provecho!

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