81. Tortilla de Lacón a la Gallega (19 min)

Seguimos hoy dándole caña a la cocina gallega. No es que este sea un plato tradicional (al menos yo no lo he visto en mis visitas allí) pero lo que sí es tradicional de la zona es el lacón a la gallega; que reinventaremos hoy dándole un formato de tortilla. Así, además, aprovechamos para gastar algún huevo que tenía en la nevera pendiente de uso. Vamos allá con los ingredientes para nuestra clásica ración individual:  

  • 65 gr de lacón en lascas (de lote que empezamos ayer con la Zapatilla de Melo´s)
  • 125 gr de patatas monalisa, ya limpias (que teníamos danzando en la despensa tras preparar la Causa Mexicana)
  • 1 huevo (del lote que empezamos cuando hicimos el falso falafel)
  • ½ cucharadita de pimentón (la mitad picante y la mitad dulce).
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Sal Maldón

Para preparar nuestra tortilla, pelaremos y cortaremos las patatas como para tortilla (os pongo el link de la tortilla single por si queréis más referencias). Las freiremos en abundante aceite a fuego medio (50%) hasta que la patata esté ligeramente dorada (unos 7 minutos). Cuando estén, las sacamos a un plato con ayuda de una espumadera escurriendo bien el aceite y las reservamos ahí para que se enfríen.

Mientras las patatas de fríen, aprovecharemos para cortar el lacón en tacos gruesos. Cascamos el huevo y lo batimos en un plato hondo. Añadimos ahora el lacón en tacos, el pimentón picante y una pizca de sal (muy poquita, porque luego pondremos un poco de sal en escamas por encima). Mezclamos bien y reservamos hasta que las patatas estén templadas. En ese momento, añadimos las patatas a la mezcla y removemos bien. Pondremos una sartén pequeñita (la mía es de 18cm de diámetro) al fuego, al 70% de potencia, con una cucharadita de aceite. Cuando esté caliente, añadimos la mezcla y mantenemos en esa posición hasta que se haya cuajado ese lado (2-3 minutos). Pasado este tiempo, damos la vuelta a la tortilla con ayuda de un plato y cocinamos por ese lado 1 minuto más. Sacamos del fuego volviéndola a girar con ayuda de un plato, dejando el lado más bonito hacia arriba (siempre hay un lado más bonito, creedme, jejeje). Terminamos el emplatado rociando la tortilla con un hilo de aceite de oliva virgen extra, un poco de pimentón espolvoreado y unas escamas de sal Maldón.

Y… ¡listo! Espero que os guste!!!

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80. La Zapatilla del Melo´s (12 min)

Si en algún momento paráis por el madrileño barrio de Lavapiés y no os apetece caer en la tentación de entrar en uno de los muchos restaurantes de comida “exótica” que pueblan el barrio, pensad en el Melo´s… Los que ya lo conocéis, sabéis de lo que os hablo ¿verdad? Se trata de un gallego poco corriente, chiquitito (o al menos lo parece a la hora de la cena cuando la gente se agolpa en él) y con clientela de lo más variopinta. El secreto de este sitio es su apuesta por la buena calidad del producto, sobre todo en sus dos platos “estrella”: las croquetas (que hay que comer con cuidado para que no se deshagan de lo tiernas que son) y las “zapatillas” que es el plato que os ofrezco para hoy. La zapatilla es una versión del sándwich mixto a la gallega, cambiamos el jamón york por lacón y el queso en lonchas por un buen queso de tetilla… El resto… os lo cuento enseguida, vamos primero con la lista de ingredientes para nuestra zapatilla que, aunque en Melo´s tienen un tamaño considerable, la nuestra va a ser individual, como viene siendo la tónica general en nuestro blog. Necesitaréis, por tanto:

  • 2 rebanadas de pan de molde rústico
  • 50 gr de lacón en lascas
  • 50 gr de queso de tetilla
  • 1 cucharadita pequeña de mahonesa
  • Un poco de margarina

Para preparar nuestra zapatilla, lo primero que debemos hacer es poner a calentar el horno a 200 grados (hoy con el calor que hace es un poco sufrimiento, pero merece la pena). A continuación, ponemos una sartén al fuego, al 60% de potencia. Mientras se calienta, untaremos un pelín de margarina por ambas caras de las rebanadas de pan y, tras ello, las pondremos en la sartén para tostarlas por ambos lados. Eso sí, no las tostéis demasiado que luego tenemos que rematar el plato en el horno y correríamos el riesgo de que se quemara. Cuando estén tostadas ligeramente por ambos lados, apagamos el fuego y reservamos nuestro pan. Ahora, cortaremos el queso en lonchas gruesas y el lacón en lascas (en el caso de que no lo tuvierais pre-cortado).

Y ya casi hemos terminado! Jejeje. Recortaremos ahora un pedazo de papel de horno y sobre él pondremos una de las rebanadas de pan, encima de ésta, pondremos el lacón y sobre éste el queso. Como siempre, intentad hacer esta operación lo más artísticamente posible. Da igual que el plato sea para vosotros solos, ¿es que acaso no os merecéis un plato que os entre por los ojos desde el primer momento? ¡claro que sí! Pues bien, remataremos el plato untando sobre la otra rebanada un poquito de mahonesa (máximo 1 cucharadita). Cerramos el sándwich (poniendo la cara de la mahonesa hacia adentro… jejeje) y lo introducimos en el horno, cocinándolo sin aire durante 4 minutos. Pasado este tiempo, sacamos el sándwich del horno, emplatamos y… ¡y le damos caña a nuestra zapatilla!

¡Buen provecho!

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68. Mini Tarta de Santiago (27 min)

Vamos a darnos hoy un caprichito dulce, aprovechando que tenemos almendra molida vamos a “darle caña” a este clásico de la cocina gallega que es uno de mis postres favoritos. Siempre me había impuesto respeto, porque me parecía que sería muy difícil… pero cuando comprobé en mis carnes la sencillez y rapidez del plato… ¡¡¡me tiraba de los pelos por no haber empezado antes a experimentar con ella!!!! Digo experimentar porque esta receta que os pongo aquí es un pelín distinta a la receta clásica, pero la variación ensalza la jugosidad y el sabor original del plato… Vamos ya con los ingredientes de la mini tarta de Santiago:  

  • 62 gr de almendra molida (justo lo que nos sobraba tras preparar la salsa romesco y el bacalao al horno con crujiente de Idiazábal)
  • 50gr de azúcar blanco
  • ½ cucharadita, de las de moka, de ralladura de piel de limón (cuidado no ralléis la parte blanca, que amarga).
  • 1 cucharada de Pedro Ximénez
  • 1 huevo
  • Mantequilla para engrasar el molde
  • Azúcar glass para decorar (y papel, lápiz y tijeras para preparar la cruz…)

Para preparar la tarta, lo primero que haremos será encender el horno, para precalentarlo a 190 grados. Una vez hecho esto, prepararemos dos boles. En uno de ellos echaremos los ingredientes secos: la almendra molida, el azúcar blanco y la ralladura de limón y mezclaremos bien. En el otro bol, cascaremos y echaremos el huevo y lo batiremos junto a la cucharada de Pedro Ximénez. Cuando el contenido de los dos boles esté bien mezclado, echaremos el huevo en el otro bol y mezclaremos hasta tener una pasta homogénea.

Ahora simplemente tenemos que preparar el molde individual. Nuestro molde mide, en concreto, 12 cm de diámetro y 2 cm de alto y es el tamaño justo para las cantidades que os indico. Si usáis un molde de otras proporciones, tampoco pasará nada. Lo único que sí deberéis tener presente es que es deseable que la altura de la tarta no sobrepase los 2 cm porque dificultaría la cocción. Si el molde es más ancho… ¡¡pues habrá que ampliar las cantidades proporcionalmente para hacer más cantidad de tarta!! Jejeje. Os aseguro que no os vais a arrepentir.

Bueno, que me lío. Lo que os quería decir es que lo que nos toca hacer ahora es untar bien el interior del molde con mantequilla, para que no se nos pegue la mezcla y podamos luego desmoldar la tarta. Cuando esté bien untado, vertemos la masa en el interior y lo introducimos en el horno, poniendo ahora en marcha el ventilador para el horneado. Si vuestra tarta es como la mía, en 17 minutos estará lista. Si, por el contrario el molde es de otro tamaño o, simplemente, queréis quedaros tranquilos y saber que la tarta está en su punto de cocción; haremos como con los bizcochos: la pincharemos con la punta de un cuchillo y, si sale limpio, es hora de sacar la tarta del horno y dejarla enfriar (al menos 30 min).

Mientras la tarta se enfría o, incluso mientras se esté horneando, debemos aprovechar para hacer nuestros “trabajos manuales” y dibujar y recortar nuestra cruz de Santiago. El diseño lo podéis encontrar en google/imágenes sin ningún problema y, si no sois muy buenos dibujando, pues podéis imprimirla y recortar luego la silueta. Cuando la tengamos recortada, la ponemos sobre la tarta (ya desmoldada y puesta en la fuente) y espolvoreamos azúcar glass por toda la superficie. Después quitamos con cuidado la cruz de papel y… ¡¡lista para incarle el diente!! Ummm!!

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