96. Sartén Campera de Huevos Rotos con Pimiento (17 min)

Esta es otra de las recetas que me enseñó la familia de Virginia durante mi estancia en el campo. Además no tardé en prepararla pues, en la cesta de productos del huerto que me habían preparado, venían unos pimientos verdes fabulosos. Así que obsequié a mi familia días más tarde con este plato y lo repetí un poquito después en versión individual para seguir los cánones del blog, jejejeje.

Os cuento entonces lo que vais a necesitar para preparar este plato, sencillo y rápido, para reponer fuerzas después de un día de campo:

  •  135 gr de patatas pequeñas (ya limpias, sin piel).
  • 45 gr de pimiento verde (un poco menos de medio pimiento).
  • 1 huevo
  • Abundante aceite de oliva virgen extra
  • 2 dientes de ajo pequeños, o uno grande.
  • Sal
  • Pimienta negra molida

Para prepararlo, lo primero que haremos será lavar y secar bien el pimiento verde. Lo cortaremos en tiras de unos 2 cm de largo por 0,5 de ancho. También cogeremos las patatas peladas y limpias y las cortaremos en rodajas de unos 3 milímetros de grosor.

Cuando hayamos terminado de cortar, prepararemos una sartén donde nos quepa todo y la llenaremos hasta la mitad con aceite de oliva. Pondremos la sartén al fuego, al 70% de potencia, y mientras tanto añadiremos sal a las patatas y los pimientos. Cuando el aceite esté caliente, añadimos las patatas y pimientos al aceite, junto con los dos dientes de ajo enteros (sin pelar). Los mantendremos así, dándoles la vuelta de vez en cuadno, durante unos 13 minutos, hasta que empiecen a dorarse.

Llegado este punto, cascaremos el huevo sobre la sartén y removeremos el contenido durante unos 30 segundos hasta que el huevo se quede cuajado a nuestro gusto. Rápidamente, sacaremos el contenido de la sartén con la rasera, escurriéndolo de aceite todo lo posible y pasándolo a un plato (que nos servirá de paso intermedio para escurrir el aceite otro poco más). Añadimos un poco más de sal y molemos pimienta negra sobre el plato, justo antes de servirla en nuestra cazuelita o sartén. Y… ¡listo! Ya tenemos el plato!! Sólo queda disfrutarlo. ¡Qué aproveche!

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95. Asadillo, según la receta de la Sra. Inés (60 min)

Cuando en la receta anterior os hacía un apunte sobre los tomates (os dije que ya os hablaría de ellos) no os conté que preparé la receta Irish con unos tomates muy especiales. Se trata de tomates de la huerta de mi amiga Virginia, en Almodóvar del Campo. Pues bien, tuve el grandísimo placer de compartir con ella y su familia: sus padres, Antonio e Inés y los trillizos. ¡¡A cada cual más encantador en esta familia!! Pues bien, además de darme cobijo en su casa, tuvieron a bien darme un segundo obsequio después de mi visita: unas berenjenas estupendas, unos pimientos deliciosos y estos grandiosos tomates de la huerta que Antonio trabaja con tanto esmero. Pero no sólo me dieron estos estupendos productos (cosa que los urbanitas como yo no podemos encontrar fácilmente), sino que la señora Inés me dio dos recetas clásicas de su familia para aprovechar los productos de la huerta. Hoy os expongo aquí, con su permiso, la primera de ellas, el asadillo, que es además un plato típico de esta zona de Ciudad Real.

Vamos allá con los ingredientes que necesitamos para hacer dos o tres raciones (hoy nos salimos de la línea habitual, las recetas para uno, pero merecerá la pena poder disfrutar de este plato durante varios días). Necesitaréis entonces:

  • 750 gr de pimientos rojos grandes
  • 450 gr de tomates buenos (estos son buenos-buenos, y los mismos que usamos para preparar el sándwich irlandés, con lo que enlazamos así las dos recetas).
  • 5 cucharadas de aceite de oliva
  • 1/3 de diente de ajo
  • Lo que cabe en la punta de un cuchillo de comino molido (o 1/5 de cucharadita de las de moka).
  • Sal
  • 1 huevo

Para preparar el asadillo, lo primero que tenemos que hacer es poner a calentar el horno a 200 grados. Mientras el horno se calienta, limpiaremos bien los pimientos, los secaremos y los “masajearemos” con las manos untadas de aceite de oliva. Cuando los tengamos embadurnados, los pondremos en una bandeja para horno profunda y los meteremos en el horno, donde los tendremos un total de 40 minutos (20 minutos por un lado, tras lo cual le daremos la vuelta y los tendremos otros 20 minutos asándose por el otro lado). El proceso es exactamente el mismo que describíamos para las recetas de la Ensalada de Pimientos Asados y el Moje de mi abuela, así que si queréis asar más pimientos y hacer estas recetas… ¡estáis invitados! Pinchad sobre los nombres para llegar a cada receta.

Pero no nos distraigamos y centrémonos en el asadillo. Mientras los pimientos están en el horno, vamos a preparar el resto del plato. Tenemos que pelar los tomates y quitarles las semillas, para quedarnos sólo con la pulpa, la “carne” de los tomates. Cuando terminemos de eliminar piel y semillas, los cortaremos en cubitos y reservaremos. Pondremos una sartén al fuego, al 50% de potencia con 5 cucharadas de aceite de oliva. Cuando el aceite esté caliente, añadiremos los cubitos de tomate y una pizca de sal, y freiremos el tomate, removiéndolo a menudo, durante 25 minutos en total. Pasado ese tiempo, apagamos el fuego, y reservamos nuestro tomate frito.

Paralelamente a freír el tomate, tendremos que cocer el huevo si no lo tenemos cocido. Para ello, ponemos agua a hervir con un poco de vinagre. Cuando el agua rompa a hervir, introduciremos con cuidado el huevo en el agua con ayuda de una cuchara para que no se golpee y se rompa. Lo mantendremos en el agua hirviendo durante 12 minutos y ¡listo!

Llegamos ahora a la fase final del plato (es un plato un poco entretenido, lo sé, pero está bueníiiiisimo). Cuando los pimientos hayan terminado de asarse, los sacaremos del horno, los dejaremos enfriar un poco y les quitaremos la piel, pedúnculo y las semillas. Cortaremos en tiritas el pimiento y las pondremos en una fuente, escurriendo casi todo el caldo de cocción que hayan soltado. Eso sí, reservad un poco en una taza por si, al mezclarlo con el tomate frito, queréis que quede un poco más suelto.

Cuando tengamos cortados los pimientos, los mezclaremos, como os decía, con el tomate frito y le añadiremos el tercio de diente de ajo rallado, el comino y sal. Probamos de sazón y corregimos si es necesario. Con la textura igual, si os ha quedado un poco seco, añadís un poco más de caldo del que habíais reservado. Cuando esté a vuestro gusto, lo servís en una fuente acompañado con el huevo duro cortado en cuartos y…. ¡¡¡A disfrutar!!! Está de “toma pan y moja” (nunca mejor dicho).

Gracias Virginia e Inés por la receta!! Y gracias Antonio por los tomates!!

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94. Sándwich Irlandés de Queso Cheddar y Tomate (8 min)

Lo prometido es deuda, por ello empiezo hoy a contaros las recetas que aprendí durante las vacaciones. Vamos a empezar por orden cronológico, con mi viaje a Dublín para ver a mi gran amiga Laura y compartir con ella su vida allí durante un fin de semana.

Pues bien, ese fin de semana tuvimos la tremenda suerte de que hizo sol todos los días (cosa extraña por lo visto) y allí cuando hace sol tooooodo el mundo se tira a la calle para disfrutar del buen tiempo. Nosotros no fuimos menos, y aprovechamos el buen tiempo para acudir a un festival y hacer un picnic en el parque. Esta receta que os presento hoy fue mi menú elegido para aquel día, mi “lunch”, un sándwich de tremendo sabor con muy pocos ingredientes. ¡Cómo a mí me gusta!

Os cuento los ingredientes que necesitamos y nos ponemos manos a la obra:

  • 2 rebanadas de pan de molde blanco
  • 40 gr de un buen tomate (ya os contaré en la próxima acerca de este tomate que empiezo hoy)
  • 55 gr de queso cheddar irlandés en un taco (el secreto de este sándwich se esconde en el queso, así que no escatiméis y compraros uno bueno en una buena quesería).
  • 1 cucharada de mayonesa

Para preparar nuestro sándwich, lo que haremos será coger un rallador grueso y rallar nuestro taco de queso hasta tener la cantidad indicada. Después, le añadiremos la cucharada de mayonesa y mezclaremos bien con el queso. Lavamos el tomate por otro lado, lo cortamos en rodajas finas y lo sazonamos muy ligeramente (dependerá de lo salado que sea vuestro queso, probadlo antes). Pondremos una de las rebanadas como base, la rellenaremos de la mezcla de queso, cubriremos con rodajas de tomate y cerraremos el sándwich con la otra rebanada. Simple, ¿verdad? Pues ya veréis qué rico queda! Os sorprenderá.

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93. Palomitas de Pollo semidulces (10 min)

Hoy vamos a hacer una receta rápida y fácil, que podemos aprovechar para una cenita improvisada o como aperitivo en una merendola. Además seguro que a los niños, si tenéis les encanta. Este rebozado especial le va a aportar un toque dulce al pollo que os encantará. Los llamamos palomitas porque comerlos es tan fácil como sus “tocayas” de maíz del cine. Vamos ya rápidamente con la lista de ingredientes para una ración:

  • 100gr de pollo (solomillitos o pechuga entera que os permita hacer tacos.  Aprovechamos el resto de pollo que nos ha sobrado tras preparar el Pollo al curry rojo)
  • 1 huevo
  • 2 brioches o panes de leche (de los que sobraron cuando preparamos el montadito romano de mortadela ahumada)
  • Aceite de oliva en abundancia
  • Salsa barbacoa o mejor mostaza miel (podéis hacerla con 1 cucharadita de miel, 1 cucharadita de mostaza, 1 de agua y 1 cucharada de mayonesa)
  • Sal

Para preparar las palomitas, lo primero que tenemos que hacer es dejar los brioches al aire durante unas horas para que se sequen y se queden bien duros. Cuando estén duros cogeremos un rallador fino y los rallaremos por completo, retirando los trozos que queden más grandes para quedarnos con la mezcla más fina. Podemos hacer esta operación con todos los brioches que nos quedan y reservarlo en un bote de cristal para conservarlo y emplearlo en otros rebozados.

Cuando lo tengamos, empezaremos con el pollo. Lo cortaremos en cubitos de unos 2×2 cm, que nos queden lo más regulares posible. Cuando los tengamos, los sazonamos ligeramente.

Prepararemos un plato con el pan de brioche y en otro plato hondo pondremos el huevo batido con una pizca de sal. Empanaremos todos los trocitos de pollo con un empanado doble. Esto significa: lo pasamos primero por huevo, luego por pan rallado, por huevo otra vez y una capa final de pan rallado. Los sacudimos para eliminar el pan rallado sobrante y los reservamos.

Preparamos una sartén con abundante aceite de oliva y ponemos el fuego al 70% de potencia. Cuando esté caliente, echamos en él los pedacitos de pollo y los mantenemos en el fuego, dándoles la vuelta para que se hagan bien por todos lados, hasta que estén bien doraditos. Los sacamos entonces del fuego a un plato con papel de cocina, para retirar el aceite sobrante. Cuando hayan escurrido, lo pasamos al plato de servicio y acompañamos servidos de la salsa elegida. ¡¡Y a disfrutarlas antes de que se enfríen!!

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92. Versión Exprés del Pollo al Curry Rojo (26 min)

No podemos dejar pasar la oportunidad que se nos brinda al tener en nuestra nevera la pasta de curry rojo y el resto de leche de coco que usamos ayer. Para darles uso, vamos a cambiar el ingrediente principal, metiendo pollo en esta ocasión y haciendo una versión un poco más “cañera”. Me refiero a que, si pudisteis bien con el picante de los langostinos… ¿porqué no darle un poco más de potencia? Jejeje… Vamos a por ello, aunque, si no os atrevéis, libertad absoluta para poner menos cantidad de curry, ¿ok?

Necesitaremos para una ración de nuestro curry de pollo:

  • 220 gr de pollo (solomillitos o pechuga, para que podamos hacer tacos con ello)
  • 45 gr de arroz para guarnición (del que tenemos empezado tras el último curry. Si vais a hacer las dos recetas seguidas, podéis cocerlo todo de una vez y reservar la mitad en la nevera entre un plato y otro)
  • 70 gr de cebolleta picada (de la que habíamos empleado para la Ensalada de Salmón Marinado)
  • 30 gr de zanahoria
  • 1,5 cucharadas de pasta de curry rojo (del que hemos empezado para el Curry Thai de Langostinos)
  • 200 ml de leche de coco (igualmente, del que empezamos para el Curry Thai)
  • 1 ramita de cilantro (también, como los dos anteriores… jejeje)
  • 3 cucharadas de aceite de girasol
  • Sal

Para preparar nuestro curry de pollo, al igual que en la receta anterior, lo primero que haremos será cocer el arroz que nos servirá de guarnición, en abundante agua hirviendo con sal, siguiendo las indicaciones del fabricante. Si ya lo tenéis cocido de la receta anterior, ¡una cosa menos! Podéis pasar directamente a preparar el curry, porque en este caso no saltearemos el arroz después de cocido, sino que simplemente lo escurriremos y mantendremos caliente hasta que termine de hacerse el curry.

Para preparar el pollo, lo primero que haremos será picar las hortalizas. Cortaremos la zanahoria  en cubitos de unos 0,5 cm de lado y la cebolleta en tiras un poco más grandes que en el curry anterior: como de 1 cm de ancho y 2,5 cm de largo. Reservamos en un plato y, por otro lado, cortamos el pollo en tacos de unos 2cm de lado, aunque no hace falta que sean regulares del todo.

Cuando lo tengamos, pondremos una cazuelita pequeña al fuego, al 60% de potencia, con las tres cucharadas de aceite de girasol. Cuando éste esté caliente, añadiremos la cebolleta y rehogaremos durante dos minutos, tras ello, añadimos la zanahoria y rehogamos todo junto durante 6 minutos más.

Ahora, que ya tendremos pochadas las verduras, lo que haremos será añadir a la cazuela la pasta de curry rojo y los tacos de pollo ligeramente salados. Le damos una pequeña  vuelta para que el pollo se selle e, inmediatamente después, añadimos también la leche de coco y la ramita de cilantro picada. Bajamos el fuego y dejamos cocinar todo durante 9 minutos más. Apagamos entonces el fuego, probamos y corregimos de sazón y finalmente servimos el curry acompañado del arroz (y de un vaso de agua al menos, jejeje).

Buen provecho!!!

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91. Curry Thai de Langostinos y Leche de Coco (25 min)

Vamos hoy con algún plato un poco más “contundente”, que ya nos va haciendo falta un poco de proteína. Con él, nos iniciamos con un ingrediente especial que a mí me encanta: la pasta de curry rojo. Este ingrediente, clave en la cocina India y tailandesa, ya es muy fácil de encontrar en grandes superficies, con lo que ya no será necesario que vayáis a  tiendas especializadas en productos asiáticos. Viene siempre en tarro de cristal y podréis encontrarlo con múltiples marcas. En mi caso, usé el de la marca Blue Dragon, que es el que encontraréis más fácilmente y es algo menos picante que otros que podáis encontrar en el mercado (tenedlo en cuenta si compráis otros, jejeje). Pues bien, dicho esto, vamos a ver qué es lo que necesitamos para nuestra primera receta con pasta de curry rojo:

  • 8 langostinos grandes, crudos (de los que nos quedaban en el congelador después de preparar el Guiso de Garbanzos y Langostinos)
  • 10 gr de apio (un tallo, del que habíamos empezado para la Ensalada de Atún con Yogur y Manzana Verde)
  • 35 gr de cebolleta picada (de la que habíamos empleado para la Ensalada de Salmón Marinado)
  • ½ diente de ajo
  • 2 cucharadas de aceite de oliva suave (o bien una de aceite de oliva y otra de girasol)
  • 2 cucharaditas de pasta de curry rojo
  • 1 lima (el zumo)
  • 200 ml de leche de coco (podéis comprar un bote grande y reservar el resto en la nevera, lo utilizaremos enseguida para la próxima receta).
  • 2 vainas de cardamomo (que teníamos en la despensa después de preparar los vasitos de arroz con leche)
  • 50 gr de arroz para guarnición
  • Cilantro fresco
  • Sal

Para preparar esta receta, lo primero que haremos será poner una olla pequeña a calentar, con abundante agua y un poco de sal, para cocer el arroz de guarnición según nos indique el fabricante. Esto nos supondrá unos 20 minutos de cocción que emplearemos para preparar el resto del plato.

Lo que haremos en segundo lugar será picar el  ajo y el apio, al que le habremos quitado las hebras y limpiado bien. Tras ello, cortaremos la cebolleta en tiras finas, de unos 3 mm de ancho por un par de centímetros de largo. Reservamos las verduras a un lado y vamos con los langostinos. Los pelaremos y quitaremos la cabeza y, si son grandes, los cortaremos por la mitad para que nos resulte cómodo tomarlos de un solo bocado. Los tapamos y reservamos en la nevera hasta el momento de usarlos.

Por último, en cuanto a los “preparativos” tendremos que picar cilantro fresco al gusto. Si no nos gusta mucho el sabor del cilantro, podemos omitirlo, pero la verdad es que le da un toque de frescura al plato y resalta su sabor. ¿Os digo un truco para picar el  cilantro y otras plantas similares (perejil, eneldo, etc.)? Pues ahí va, coged la cantidad que queráis utilizar y meterla entera en una taza. Coged ahora las tijeras de cocina y dar cortes a discreción dentro de la taza hasta que tengamos las hierbas picadas. Fácil, ¿eh?

Pues bien, ya lo tenemos casi todo listo, así que es momento para encender el otro fuego (en el primero todavía estará el arroz hirviendo). En este segundo fuego, que pondremos al 60% de potencia, pondremos el wok o una sartén profunda y añadiremos las dos cucharadas de aceite de oliva suave (o la mezcla que os decía al principio). Tan pronto esté caliente, añadiremos al wok la cebolleta y rehogaremos durante 1 minuto. Pasado éste, añadiremos el apio y el ajo y rehogaremos durante otro minuto. Ahora, llega el turno de añadir el curry, la leche de coco y el zumo de la lima; y dejaremos que la mezcla se cocine durante 5 minutos más. Probamos de sazón y corregirmos si es necesario. Si queremos que la mezcla nos quede más espesa, podéis dejarlo más tiempo, pero no menos ya que la pasta de curry necesita estar cocinada para que no resulte indigesta.

Ahora llega el toque final, si el arroz aún no está cocido, apagar el fuego del wok y esperar a que termine. Cuando el arroz esté listo, escurrirlo muy muy bien, pues para el toque final deberemos tenerlo de este modo. ¿Tenemos el arroz cocido escurrido y ya han pasado los 5minutos de reducción de la salsa? Perfecto, pues lo que haremos ahora será encender nuevamente los dos fuegos al 60% de potencia. En uno de ellos ponemos el wok y añadimos los langostinos y la mitad del cilantro picado para que se cocinen en la propia salsa. En el otro fuego, pondremos una sartén con una cucharada de aceite de oliva y saltearemos el arroz. Ambas cosas tardarán unos 3 minutos en estar listas. Cuando lo estén, apagamos ambos fuegos y emplatamos. Pondremos a un lado el arroz salteado y junto a él el curry, espolvoreando un poco más de cilantro picado sobre éste antes de servir. Y ¡listo! Espero que os guste y lo disfrutéis.

ega el turno de añadir el curry, la leche de coco y el zumo de la lima; y dejaremos que la mezcla se cocine durante 5 minutos más. Probamos de sazón y corregirmos si es necesario. Si queremos que la mezcla nos quede más espesa, podéis dejarlo más tiempo, pero no menos ya que la pasta de curry necesita estar cocinada para que no resulte indigesta.

Ahora llega el toque final, si el arroz aún no está cocido, apagar el fuego del wok y esperar a que termine. Cuando el arroz esté listo, escurrirlo muy muy bien, pues para el toque final deberemos tenerlo de este modo. ¿Tenemos el arroz cocido escurrido y ya han pasado los 5minutos de reducción de la salsa? Perfecto, pues lo que haremos ahora será encender nuevamente los dos fuegos al 60% de potencia. En uno de ellos ponemos el wok y añadimos los langostinos y la mitad del cilantro picado para que se cocinen en la propia salsa. En el otro fuego, pondremos una sartén con una cucharada de aceite de oliva y saltearemos el arroz. Ambas cosas tardarán unos 3 minutos en estar listas. Cuando lo estén, apagamos ambos fuegos y emplatamos. Pondremos a un lado el arroz salteado y junto a él el curry, espolvoreando un poco más de cilantro picado sobre éste antes de servir. Y ¡listo! Espero que os guste y lo disfrutéis.

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