Se aproxima peligrosamente Semana Santa e, inevitablemente, en esta época se me va la cabeza al lugar donde suelo recaer en estos días de descanso: Cartagena. Pues bien, además de unas procesiones dignas de ver y de tener mar (que eso los madrileños lo valoramos mucho), Cartagena tiene una Taberna que bien merece una visita: La Uva Jumillana. Pues bien, dentro de esta Taberna, podréis encontrar un montadito especial, cuyos dueños bautizaron como “Galatea” y que hoy versiono aquí, a modo de homenaje, para que podáis disfrutarlo en una cena improvisada si no tenéis ocasión de dejaros caer por allí. Espero que os guste.
Para preparar nuestro montado (1 unidad), vamos a necesitar:
- 4 ajetes tiernos (unos 60gr sin limpiar y 20gr ya limpios). No obstante, comprad un manojo que el resto los usaremos en la siguiente receta).
- 30 gr de tomate rallado (igualmente comprad al menos otro tomate más, que lo usaremos en la siguiente receta).
- 1 pan de pulguita.
- 10 gr de tocino ibérico salado, lo último que nos quedaba en la nevera tras preparar el Guiso Suave de Verdinas
- Aceite de oliva virgen extra (1 taza aproximadamente).
Preparar este montado es muy sencillo. Comenzaremos por poner el aceite a calentar en una sartén, a fuego suave (aprox 40% de potencia). Mientras el aceite se calienta, limpiaremos los ajetes y los cortaremos en pedazos de la misma longitud que nuestra pulguita. Cuando los tengamos listos, los introduciremos con cuidado en el aceite y os mantendremos ahí, confitándose, unos 5 minutos o hasta que veamos que empieza a dorar.
Estos 5 minutos los aprovecharemos para lavar nuestro tomate y rallarlo. Abriremos el pan a continuación y extenderemos sobre la parte de abajo el tomate que acabamos de rallar. Tras ello, cortamos el tocino en lascas como si de jamón serrano se tratase, y las reservamos.
Cuando tengamos los ajetes confitados, los sacaremos del aceite y los pondremos a escurrir sobre un papel de cocina. Antes de que lleguen a enfriarse, los pondremos en nuestra pulguita, sobre el tomate y los cubriremos con las lascas de tocino salado. Tapamos y… ¡listo! Ya solo nos queda disfrutarlo acompañado con una cervecita o, aún mejor, con un buen vermú de grifo. 😉
¡Ánimo cocineros, que esta receta es muy fácil!