102. Abadejo al Cava con Crujiente de Puerros (22 min).

Ya que teníamos la nata abierta de nuestra última receta, teníamos que darle salida, pues ya sabéis que ese es el objetivo de este blog: tirar lo menos posible. De todas las recetas posibles con nata, he pensado en esta para darle una alegría a mi amigo Mario, que de vez en cuando me protesta porque hago pocas recetas de pescado. Pues bien, en estos días vamos a hacer un par de recetillas con abadejo, primo hermano del bacalao. Espero que os gusten, vamos allá con los ingredientes de esta primera.

  • 70 gr de cebolla en limpia (de la que teníamos abierta de la receta anterior, nuestro revuelto cremoso de champiñón).
  • 4 cucharadas de nata líquida (de la que teníamos abierta de la receta anterior, nuestro revuelto cremoso de champiñón).
  • 100gr de abadejo en un taquito (yo lo he comprado congelado, pero también podéis usarlo fresco).
  • 15 cl de cava
  • 50 gr de puerro.
  • 3 cucharadas de aceite.
  • Sal

Preparar esta receta es de lo más sencillo y la verdad es que el sabor es delicioso (os recomiendo comprar pan el día que la hagáis, porque la salsita es un pecado).

Lo primero que haremos será picar la cebolla en cuadritos, y la rehogaremos en un cacito que pondremos al fuego, al 60% de potencia, con dos cucharadas de aceite, durante 7 minutos, removiendo de vez en cuando.

Durante este tiempo cortaremos el puerro en tiras finas, como tallarines y lo reservaremos.

Cuando hayan pasado los 7 minutos del rehogado de la cebolla, añadiremos el cava y cocinaremos durante 7 minutos más.

En este tiempo, aprovecharemos para freír el puerro. Esta operación es delicada y tuve que repetirla tres veces, la primera de ellas dejé la cocina perdida, jejeje; pero a la tercera va la vencida. Os cuento los trucos para que no os acordéis mal de mí. Lo primero será poner otro cazo al fuego con abundante aceite limpio (mejor cazo que sartén, porque al echar el puerro al aceite éste hervirá bastante y corremos riesgo de desbordamientos –habla la voz de la experiencia, jejeje-). Pues bien, si usamos cazo, lo llenaremos hasta 1/3 del mismo con aceite limpio y lo pondremos al fuego, al 70% de potencia. Cuando el aceite esté caliente, añadimos un pequeño puñado de tiras de puerro y mantenemos en el fuego durante unos 15 segundos, justo antes de que empiece a tostarse. Llegados a este punto, sacamos del fuego con una rasera a un plato con papel de cocina, para escurrir el aceite sobrante. Repetimos la operación hasta acabar con el puerro y reservamos el resultado.

Con este entretenimiento, seguro que nos han pasado los 7 minutos de reducción del cava. Cuando este tiempo pase, añadiremos las 4 cucharadas de nata y la sal, cocinando todo junto durante 4 minutos más.

En estos 4 minutos, pondremos una sartén al fuego, al 60% de potencia, con una cucharada de aceite. Sazonaremos el pescado y lo haremos en esta sartén vuelta y vuelta. Esto es, unos 45 segundos por cada lado. Sacamos del fuego y reservamos.

Ya casi hemos terminado, lo que tenemos que hacer ahora, cuando ya hayan pasado los últimos 4 minutos de la salsa, es triturar ésta con la batidora, para integrar la cebolla y convertirla en una salsa fina. Cuando lo tengamos, volvemos a poner al fuego e introducimos el filete de pescado, para que se integren los sabores. Cocinamos todo junto 2 minutos más y ¡listo! Ya podemos servir el pescado con un poco de salsa y un toque de nuestro crujiente de puerros. Lo llevamos a la mesa y ¡a disfrutar! Estará genial si además lo acompañáis del cava que no habéis utilizado 😉

Bon appetit!!

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101. Revuelto cremoso de Champiñón (14 min).

Después de la “trabajera” que nos dimos con la tarta, nos toca volver a las recetas para uno, fáciles, rápidas y ricas. Buen ejemplo de este tipo de recetas es la que vamos a preparar hoy, saliéndonos un poco de lo que cabría esperar de un revuelto con setas (ahora que ya estamos en otoño). Con esta versión, cambiamos sabores y texturas pero sin distorsionar el sabor principal del champiñón en este caso. Vamos allá con los ingredientes y el proceso, veréis qué fácil y qué rico. Necesitaremos para una ración:

Para preparar nuestra receta, lo primero que haremos será limpiar bien los champiñones y cortarlos en tiritas, más o menos del mismo tamaño de las tiritas de cebolla que habremos de cortar también. Cuando tengamos estas dos cosas cortadas, lo que haremos será poner una sartén al fuego, al 50% de potencia, con dos cucharadas de aceite. Cuando la sartén esté caliente, añadiremos la cebolla y la rehogaremos durante 5 minutos, removiendo de vez en cuando.

Mientras tanto, prepararemos una mezcla con el huevo, la nata y el brandy, batiéndolo todo muy bien con ayuda de un tenedor o unas varillas. Añadimos también sal y pimienta negra y reservamos.

Cuando tengamos pochada la cebolla, subiremos la potencia del fuego al 70% y agregaremos el champiñón, rehogando el conjunto durante 5 minutos más y removiendo, ahora, más frecuentemente. Pasado este tiempo, añadimos una pizca de sal al champiñón, removemos y vamos añadiendo cucharadas de la mezcla de huevo en hilo (es decir, en un chorrito fino que verteremos directamente sobre el fondo libre o las paredes de la sartén para que se cuaje con esta forma). Iremos añadiendo la mezcla de huevo y cuajándola “en hilo” hasta que la hayamos terminado y esté integrada con el salteado de champiñón. Llegados a este punto, ya lo tenemos listo. Sólo nos queda pasar el revuelto a un cuenco y servirlo acompañado de un poco de pan tostado y ¡a disfrutarlo! Ya me diréis si os gusta tanto como a mí. 😉

Disfrutad!

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100. Tarta de Guinness y Chocolate (50 min).

Hoy llegamos a la receta número 100, ¡qué gusto llegar acompañada de vosotros hasta aquí! ¡¡Esto tenemos que celebrarlo!! Y no se me ocurría mejor forma de hacerlo que con una tarta (¡y sus velitas!) Se trata de una tarta que probé en España por primera vez pero de la cual no conseguí la receta hasta mi viaje a Irlanda de este verano. Aquí os presento la adaptación de la misma para hacerla, como siempre, en tamaño “mini” (para una o dos personas según el hambre que tengan). Vamos allá con los ingredientes. Necesitaremos:

Para la tarta:

  • 125ml de cerveza negra Guinness
  • 75 gr de mantequilla sin sal
  • 37 gr de cacao en polvo, el mejor que os podáis permitir (yo usé Valor)
  • 150 gr de azúcar moreno.
  • 50 ml de aceite de girasol
  • 1 huevo
  • 150 ml de  yogur griego
  • 1 cucharadita, de las de moka, de esencia de vainilla
  • 125 gr de harina
  • 4 gr de bicarbonato
  • 1 cucharadita, de las de moka, de levadura royal (baking powder).

Para la cubierta:

  • 60 gr de azúcar glass
  • 70 gr de mantequilla sin sal
  • 160 gr de queso crema (tipo philadelphia).

Para preparar nuestra tarta, lo primero que vamos a hacer es poner el horno a precalentar a 180ºC. Después, cogeremos los 75 gr de mantequilla y los pondremos, junto a la cerveza, en un cazo a fuego suave, al 40% de potencia, hasta que la mantequilla se derrita y podamos mezclarla bien con la cerveza. Cuando la tengamos bien mezclada, apagamos el fuego y dejamos enfriar la mezcla (si vamos con prisa, podemos pasar la mezcla a algún otro recipiente para acelerar el proceso de enfriado).

A continuación, prepararemos dos cuencos. El primero de ellos va a “alojar” los ingredientes secos: el cacao, el azúcar moreno, la harina, el bicarbonato y la levadura. Cuando los tengamos todos, mezclaremos bien para que se integren. En el cuenco de los ingredientes húmedos, tendremos que mezclar ahora el huevo, el yogur, la esencia de vainilla y el aceite de girasol. Batimos bien estos ingredientes y, cuando estén listos, le añadiremos la mezcla (ya tibia) de mantequilla y cerveza negra. Ya tenemos nuestras dos mezclas, ahora tenemos que mezclarlas entre sí. Para ello, hacemos un hueco en el cuenco de los ingredientes secos y vertemos en él el contenido del bol “húmedo”. Mezclamos bien con ayuda de un tenedor y reservamos, pues ahora tenemos que engrasar el molde. Para estas cantidades, yo he elegido un molde redondo desmontable de 16 cm de diámetro y 6 cm de alto. Lo engrasamos bien por dentro con un poco de mantequilla y vertemos en él la mezcla. Si usáis un molde de otras medidas, lo único que debéis tener en cuenta es que la mezcla no supere los ¾ de la altura del molde, pues con la levadura y la cerveza el bizcocho subirá y, si superamos esta barrera, puede desbordarse.

Habiendo puesto ya nuestra mezcla en el molde, pasaremos éste al interior del horno y lo cocinaremos, con ventilador, unos 35 minutos aproximadamente. Cada horno y cada molde nos puede hacer variar el tiempo, así que cuando hayamos superado los 30 minutos, conviene que empecemos a “pinchar” el bizcocho. Sabremos que está listo cuando el cuchillo con el que pinchamos salga limpio. Cuando lo tengamos listo, sacamos del horno y dejamos enfriar bastante antes de que se nos ocurra desmoldarlo. ¡¡No tengáis prisa!! Que podemos meter la pata y que el bizcocho se rompa o se venga abajo si no está lo suficientemente frío.

Para ayudar a vuestra paciencia en esta fase, nos entretendremos ahora en preparar la cubierta, el “frosting” como lo llaman en Dublín. Para ello, habremos dejado la mantequilla y el queso a temperatura ambiente, para que sea más fácil manejarlos. Pesamos las cantidades que os indicaba arriba y las metemos en un bol, junto al azúcar glass. Si tenéis paciencia, os recomiento que hagáis la mezcla a mano con unas varillas o un tenedor. Si por el contrario váis con prisa, podéis usar la batidora al mínimo de potencia, pero sin abusar porque nos puede licuar demasiado la mezcla. Cuando la tengamos, la reservamos en un sitio fresco hasta que termine de enfriarse el bizcocho.

Cuando tengamos el bizcocho frío, lo desmoldamos con cuidado (repasar antes los bordes con un cuchillo afilado) y lo ponemos en la bandeja de servicio. Cubriremos la parte superior del bizcocho con nuestro “frosting” de tal manera que imitemos la espuma de la propia cerveza negra (de la que nuestro bizcocho es la parte líquida). Comprobamos que nos ha quedado bonita, nos enorgullecemos de nuestra obra de arte y ¡¡la disfrutamos en la mejor compañía que encontremos!! En mi caso, ¡en la vuestra! Gracias por seguirme durante estas primeras 100 recetas!!!

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99. Hamburguesa con Champiñón fresco, Mostaza y Miel (10 min).

Ay!! Que me pilla el toro para publicar la última receta con ternera que tenía previsto para este lote “carnívoro”. Vamos a ponerle solución rápidamente con una receta igual de rápida: ¡¡una hamburguesita!! Apetecible, ¿verdad? Pues vamos a ver cómo prepararla. Los ingredientes que necesitamos para preparar cada hamburguesa son:

  • 100 gr de filetes de ternera de buena calidad (de los que compramos para preparar el Salteado de Ternera con Pimiento y el Saltimbocca). Si queréis más cantidad de carne, lo dejo a vuestra elección, yo es que como poquito, jijiiji.
  • 1-2 champiñones frescos (dos si son pequeños, uno si es grande)
  • 1 loncha de queso
  • 1 cucharadita de miel
  • 1 cucharadita de mostaza antigua
  • 2 cucharada de mahonesa
  • 1 cucharadita de agua
  • Sal y pimienta negra
  • Unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
  • 1 Pan de hamburguesa.

Para preparar la hamburguesa, lo primero que haremos será cortar los filetes en tiras y, estas tiras, las meteremos en el accesorio picador de la batidora. Le daremos unos “golpes” para picarlo, pero mejor hacerlo poco a poco para no pasarnos y que nos quede una pasta. Cuando lo tengamos en el punto deseado, le añadiremos la sal, la pimienta negra y unas gotas de aceite de oliva. Mezclaremos todo con las manos y daremos forma a nuestra hamburguesa, reservándola por el momento.

Tras ello, lavaremos y cortaremos los champiñones en rodajitas y los reservaremos. Por otro lado, prepararemos la salsa. Para ello, cogeremos una tacita pequeña y meteremos en ella la cucharadita de miel y la de agua. Calentaremos esta mezcla 15 segundos en el microondas para que nos resulte más fácil mezclar los dos ingredientes con ayuda de una cucharilla. Añadiremos, tras ello, la cucharadita de mostaza y, por último, la cucharada de mahonesa, removiéndolo todo hasta tener una mezcla homogénea. Listo! Ya tenemos nuestra salsa!!

Ahora sólo nos falta poner la sartén al fuego, al 60% de potencia con una gota de aceite (literalmente, recordad que la mezcla de carne ya lleva algo de aceite). Cuando la sartén esté caliente, metemos la carne y cocinamos al menos 1 minuto por cada lado (si os gusta más hecha, ya sabéis, dadle más tiempo).

Mientras se cocina, abriremos el pan, dejándolo listo justo para cuando esté hecha la carne. Cuando la tengamos lista, la colocaremos sobre el pan, encima de ella pondremos el queso, luego las láminas de champiñones crudos y por último la salsa de mostaza y miel y ¡a disfrutar!

Bueno provecho amigos! See U soon. 😉

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98. Saltimbocca de ternera “a mi estilo” (12 min).

Vamos allá con esta versión de un clásico de la cocina romana, aprovechando el lote de filetes de ternera que hemos comprado. La verdad es que tenía ganas de probar el plato desde hacía muuuuucho tiempo. De hecho, desde que me vine a vivir a mi casa actual, hace ya dos años, porque tiene en el jardín un montón de plantas de salvia, uno de los ingredientes clave de este plato. Ojalá mis vecinos nunca lean este blog y aten cabos… jejejeje. Con todo el esfuerzo que hice para quitar una ramita sin que me viera nadie! Fue con nocturnidad y alevosía, sí, pero sólo fue un poquito… Bueno, lavaré mi conciencia compartiendo con “la comunidad” esta fantástica receta 😉 Espero que os guste.

Os cuento lo que vais a necesitar para una ración (una ración contundente, que yo no pude con todo y lo tuve que tomar en dos veces):

  • 170 gr de filetes de ternera, de buena calidad (de los que compramos para preparar el Salteado de Ternera con Pimiento).
  • 20 gr de jamón serrano en lonchas (cuanto mejor sea el jamón, más rico; pero creo que eso ya os lo imaginábais).
  • 1 loncha de queso (pasa como antes, pero he de reconocer que para este plato yo usé un tranchette).
  • 100 gr de tomate frito estilo casero (un bote de los chiquitines)
  • 8 hojas de salvia (mejor no las robéis, haceros con una planta o encontradlas en grandes superficies).
  • 1 huevo
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva abundante
  • Sal

Para preparar este plato, lo primero que vamos a hacer es darle un toque especial al tomate frito. Pondremos los 100 gr de tomate en una taza y le añadiremos 1 pizca de sal y una hoja grande de salvia picada finamente. Lo removemos y lo calentamos en el microondas, al mínimo de potencia (20%) durante dos minutos, para que infusione la salvia y le de sabor al tomate.

Mientras tanto, pondremos una sartén con abundante aceite a calentar, al 60% de potencia. Salaremos los filetes (poco, porque luego irán con jamón serrano, que ya les aportará sal) y los pasaremos por el huevo batido y pan rallado, para empanarlos. Cuando los tengamos empanados y el aceite esté caliente, los freímos apenas unos 30 segundos por cada lado; para sacarlos después a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

Tras ello, ya tendremos lista la parte más complicada del plato. En la receta original los filetes no se empanan y se preparan en un rollito, pero yo vi hacer esta versión a una italiana en la tele hace años y, me pareció más atrayente. Pues bien, que me voy del tema. Lo que tenemos que hacer ahora es montar el plato. En el plato en el que lo vayamos a servir, colocaremos primero una capa de la salsa de tomate que habíamos preparado. Sobre ella, colocaremos los filetes de ternera. Después, sobre cada filete pondremos media loncha de queso y repartiremos entre ambos el jamón en lascas. Por último, pondremos unas cuantas hojas de salvia sobre cada filete (como en la foto). Justo antes de servir, le daremos un toquecito de calor en el microondas, para que se derrita el queso y las hojas de salvia suelten más aroma. Pero para no pasarnos, darle solamente 30 segundos de calor al 40% de potencia y… ¡listo! A la mesa a disfrutarlo!! Ya me diréis si os gusta.

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97. Salteado de Ternera con Pimiento, Lima y Cacahuete (15 min).

Hola de nuevo cocineros!! El plato que tenemos hoy entre manos me encanta; no sólo por el saborazo que tiene sino porque no se tarda nada en prepararlo. Ideal para una cenita, tiene un olor que “quita el sentío”. Os recomiendo encarecidamente comprobarlo en vuestras carnes y; hablando de carnes, haceros con una buena provisión de buenos filetes de ternera (no muy finos) que vamos a enlazar tres recetas con ellos. Sin perder de vista esta fase carnívora en la que entramos, comentar que parte del sabor de este plato reside también en los pimientos de huerta de los que veníamos hablando en recetas anteriores… Pero no adelanto más, que al final siempre lo hago! Vamos con la lista de ingredientes para nuestra ración:

  • 100 gr de filetes de ternera, gruesecitos y de buena calidad.
  • 15 gr de la parte verde de la cebolleta (en aritos).
  • 50 gr de pimiento verde (en tiras), del que empezamos para la Sartén Campera de Huevos Rotos con Pimientos.
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cucharada de aceite de girasol
  • 1 cucharada de zumo de lima
  • 1 cucharadita de mantequilla de cacahuete
  • Sal
  • Semillas de sésamo tostadas.

Lo más difícil de esta receta es cortar los ingredientes con el mayor estilo posible, jejeje. La carne en tiras de 1 cm de ancho por 3-2 cm de largo. La parte verde de la cebolleta, como adelantábamos, en aros (cortando rodajas finas, de unos 2-3 mm de grosor). Y, por último, cortamos los pimientos en tiras, más o menos del mismo tamaño que las tiras de carne.

Pondremos nuestro wok a calentar, al 70% de potencia. Cuando esté caliente, añadimos la cucharada de aceite de oliva y la de aceite de girasol; y a continuación el pimiento, la carne y la cebolleta. Saltearemos el contenido, removiéndolo constantemente para que no se pegue, durante dos minutos. Tras ello, añadimos el zumo de lima, la mantequilla de cacahuete y la sal y rehogamos durante dos minutos más. Apagamos el wok, lo servimos en el plato donde lo vayamos a tomar, lo espolvoreamos con las semillas de sésamo tostadas, y ¡¡a comer!!

Espero que lo disfrutéis.

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