Hoy vuelvo a traeros una receta de mi familia, de la rama murciana, como ya hiciera hace unos días con la “Sartencica del pobre”. Esta receta solía preparárnosla mi yaya a todos los primos cuando éramos pequeños y sé de buena tinta que se daba una buena trabajera para preparar esta guarnición para los 8 que somos… Bueno, buena trabajera teniendo en cuenta lo que nos duraban en el plato!! Jejeje. Y es que sí no habéis probado esta forma de “tunear” las patatas fritas, os recomiendo hacerlo encarecidamente.
En nuestro caso, como sólo vamos a hacer una ración (ya conocéis la filosofía del blog… ) no vamos a tardar ni mucho menos lo que tardaba mi yaya. ¿Os parece si empezamos? Aquí va la lista de ingredientes para una persona (si queréis hacer más, en este caso, basta con aumentar las proporciones, pero los tiempos de cocción se mantienen):
- 175 gr de patatas monalisa
- ¾ partes de un diente de ajo
- 1 cucharadita, de las de moka, de perejil fresco picado
- 1 hoja pequeña de laurel (mejor fresco).
- Sal
- 3 cucharadas de vinagre de vino blanco (mejor al estragón, que ya usamos para el Hummus, las Setas empanadas con Alioli de Ajos Tostados o la Hamburguesa de Cordero con Chutney de Tomate, entre otros)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- Aceite de oliva virgen, abundante, para freír.
Para preparar esta receta, lo primero que haremos será limpiar muy bien las patatas, pues en mi caso he optado por cocinarlas con piel, ya que ésta era bastante fina. Si preferís pelarlas, no hay problema, la receta no se verá afectada por ello, jijiji. Tras ello, pondremos una sartén pequeña a calentar con abundante aceite de oliva (al menos 1,5 cm de profundo) al 70% de potencia.
Mientras el aceite se calienta, cortaremos las patatitas en bastones de 1 cm de grosor y todo lo largo que nos de la patata. Salamos los bastones ligeramente y los introducimos con cuidado en la sartén para evitar salpicaduras. Mantenemos las patatas en el aceite 2 minutos, dándoles la vuelta en al menos una ocasión con ayuda de una espumadera. Pasado ese tiempo, bajaremos el fuego al 60% de potencia y las mantendremos así (también volteándolas de vez en cuando) 6 minutos más. Finalmente, retiraremos las patatas del aceite y las pondremos, escurriéndolas todo lo que podamos, en un plato hondo. Apagamos el fuego y vaciamos la sartén.
Ahora llega el momento de preparar el “aliño secreto” 😉 Para ello, picaremos muy fino el diente de ajo y haremos lo mismo con el perejil fresco. Ponemos ambas cosas en una taza, a la que añadiremos el vinagre, las tres cucharadas, las dos cucharadas de aceite de oliva virgen y la hojita de laurel. Removemos bien y reservamos.
¡Ya casi hemos acabado! Sólo nos queda poner de nuevo la sartén que habíamos utilizado (ya vacía) al fuego, al 70% de potencia. Cuando la sartén esté caliente, ponemos en ella las patatas que habíamos reservado y vertemos sobre ellas el aliño. Éste empezará a borbotear bastante, pero no os asustéis, que no salpica y es justo lo que estamos buscando. Tendremos que mantener el conjunto así durante 2 minutos más, moviéndolo ligeramente para evitar que se nos doren demasiado el ajo y las patadas y… una vez transcurrido ese tiempo… ¡listo! Ya sólo nos queda servirlas en el plato y disfrutarlas antes de que se nos enfríen.
Buen provecho amigos!!