150. “Sartencica” (o Pisto) del Pobre (45 minutos)

Aprovechando los últimos tomates que me quedan del huerto de mi amiga, voy a rescatar esta receta popular murciana (de la tierra de mi madre). Esta receta nos la preparaba mi madre cuando éramos pequeñas y a ella, a su vez, se la preparaba nuestra yaya durante mucho mucho tiempo. El motivo no es sólo porque esta receta sea muy económica (como su propio nombre indica, es un pisto hecho con “poco material”) y a mi yaya le sirviera para alimentar una familia numerosa; sino porque está deliciosa y constituye una propuesta de cena alucinante.

En el caso de la receta de hoy, al llevar una preparación fácil pero larga, vamos a preparar cantidad para dos raciones. Vamos con la lista de ingredientes, muy breve hoy, y empezamos. Necesitaréis para estas dos raciones:

  • 650 gr de tomates enteros (del lote de 1 kg aprox que habíamos empezado en la receta de la Sopa de Tomate con Higos).
  • 80 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 1 huevo
  • ½ cucharadita, de las de moka, de azúcar
  • Sal
  • Unas rebanadas de pan del día anterior, para acompañar

Para preparar nuestra “sartencica”, lo primero que vamos a hacer va a ser pelar los tomates. He de contaros una anécdota en este punto, jejeje. El otro día, cuando le pedía a mi madre que me recordase la receta, le pregunté: ¿le quito las semillas a los tomates? Y la respuesta, no podía ser otra: – ¡No hija! Que entonces le quitas material y “peso” a la receta.  Pues claro, qué tonta fui, a veces con tantas técnicas modernas y sofisticadas nos olvidamos de nuestros orígenes y de la racionalidad que tenían las recetas de nuestras abuelas.

Hecho este inciso, vamos a seguir con la receta. Cuando tengamos pelados los tomates, le quitaremos los pedúnculos (eso sí) y los picaremos un poco más finos que si fueran para ensalada (gajos de unos 2-3cm de largo). Al terminar, prepararemos una sartén mediana al fuego, al 60% de potencia y, cuando esté templada, le añadiremos los 80 ml de aceite. Esperamos unos segundos y añadimos el tomate picado.

Dejamos cocinar el conjunto, removiendo de vez en cuando, durante 35 minutos. Poco antes del final, cuando hayan pasado unos 25 minutos, añadiremos la ½ cucharadita de moka de azúcar, que nos ayudará a restarle acidez al tomate, y la sal. También en este último tramo de cocción, aprovecharemos para cortar y tostar 4 rebanaditas de pan del día anterior, y para cascar y batir muy poco el huevo.

Cuando ya hayan pasado los 35 minutos, añadiremos el huevo semibatido, dejamos “estar” 6 segundos para que empiece a cuajarse y luego removemos vigorosamente, para romper que el huevo cuajado nos quede en forma de hebras. Y… ¡ya está! Únicamente nos queda probarlo y corregir de sazón si fuese necesario; y servir acompañado de las tostaditas de pan.

¡Espero que os guste amigos!

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138. Guacamole casero con sus nachos (16 min)

Estamos en pleno arranque del mundial de fútbol de Brasil y, quien más o quien menos, aprovecha esta excusa para reunirse con sus seres queridos frente al televisor para (y que me perdonen mis lectores americanos) animar a “la Roja”. Después del sobresalto de nuestro primer partido vamos a necesitar un picoteo como este para evitar comernos las uñas el próximo miércoles. Pero para no perder la filosofía del blog, os voy a dar las instrucciones y cantidades para una persona. Si no veis solos el partido y queréis compartir esta receta con más gente, ya sabéis sólo tenéis que multiplicar las cantidades por el número de comensales y ¡listo!

¿Vamos allá con la lista de ingredientes entonces? Necesitaréis:

  • 170 gr de aguacate maduro (esto es, aproximadamente, ¾ partes de uno grande. Lo que os sobre, guardarno en la nevera junto con el hueso bien envuelto en film).
  • 30 gr de tomate maduro (una pequeña porción, guardad el resto también con film para próximas recetas).
  • 5 gr de cebolleta (igualmente, lo que sobre con film a la nevera).
  • 2 cucharadas de zumo de lima (esto es, aproximadamente, el zumo de media lima pequeña. Guardad la otra mitad también filmada en la nevera, que la usaremos enseguida).
  • 1 gr de sal
  • 3 gotas de tabasco
  • 3 hojitas de cilantro fresco
  • 40-50 gr de nachos (mejor sabor natural, pero eso lo dejo a vuestro gusto).

Para preparar nuestra receta, lo primero que haremos será pelar y picar el aguacate en cubitos pequeños que meteremos en un bol. Seguidamente, haremos lo mismo con el tomate, al que previamente habremos quitado la piel y las pepitas. Por último, picaremos muy finamente y añadiremos al bol también la cebolleta. Cuando tengamos estas tres cositas, añadiremos la sal y aplastaremos y mezclaremos los ingredientes en el bol con ayuda de un tenedor hasta que quede bien mezclado. No importa demasiado que nos queden algunos trocitos de aguacate sin romper, porque esto será la evidencia de que es completamente casero (cosa que os hará ganar puntos con vuestros amigos, aunque sólo sea por haberos tomado la molestia de prepararlo, jijiji).

Cuando tengamos nuestra pasta, sólo nos quedará ya terminar de sazonarla. Añadiremos el tabasco, el zumo de lima y las tres hojitas de cilantro bien picadas. Mezclamos bien, probamos y corregimos de sazón para que quede a nuestro gusto y ¡listo! Ya sólo nos queda servirlo acompañado de unos cuantos nachos y, si puede ser, una cervecita bien fresquita. ¡Espero que os guste y que lo disfrutéis!

Besos y ánimo para la selección!! 😉

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112. Paté de Perdiz con Caviar de Aceituna Negra (60 min)

¡Comprobado! En el siglo XXI ya no hace falta casarse ni tener pareja para comer perdices. Lo de los cuentos ya quedó atrás y os lo voy a demostrar con esta receta y la siguiente, dos platazos para gente como tú y como yo, que vivimos “solitos en palacio”. El primero de ellos es este paté de perdiz, que si bien es típico de Jaén, yo lo probé por primer vez en Madrid (en la Taberna el Chato) y después en Almodóvar del Campo, Ciudad Real. De este plato me atrajo especialmente la combinación entre el sabor suave del paté, la untuosidad que le da el aceite de oliva con que se acompaña y el toque de sazón que le da el caviar de aceituna negra.
Si no habéis probado nunca esta combinación, desde luego os sorprenderá y no hay mejor excusa para ponerse manos a la obra que prepararlo como entrante para estas próximas fiestas de Navidad. Os listo los ingredientes que necesitaremos para 3 tarrinas pequeñas de este paté:

  • ½ perdiz (170 gr entera, lo que equivale aprox. 95 gr de carne una vez limpia)
  • 55 gr de higaditos de pollo
  • 50 gr tocino fresco (comprad un poco más, unos 30gr, que lo usaremos para algún guiso en breve)
  • 80 gr de cebolla limpia
  • 30 gr de aceitunas negras sin hueso (de las que empezamos en la receta de los “Tallarines a la Putanesca”)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva y un poco más (del mejor que tengáis para crudo) para servir.
  • 3 cucharadas de brandy
  • 1 cucharadita, de las de moka, de tomillo fresco
  • 140 gr de nata líquida (para montar)
  • 1 huevo
  • Sal

Si sois un poco remilgados la primera tarea a desempeñar en este plato no os va a gustar nada: hay que extraer la carne de nuestra media perdiz. Para ello, quitamos la piel y con paciencia, un buen cuchillo y unas tijeritas vamos separando la carne del hueso y apartándola en un bol. Conviene que al tiempo la vayáis cortando en pedacitos más pequeños, pues así evitaréis que se os cuele algún perdigón en el caso de que la perdiz sea de campo. Una vez limpia, pesad y picad groseramente los higaditos de pollo y reservarlos junto a la carne de perdiz. Haced lo mismo con el tocino y luego, limpiad muy bien la tabla y pesad y picad finamente la cebolla.

Cuando ya tengamos todo esto listo (nuestro “mise en place”), poner un cazo al fuego con las dos cucharadas de aceite de oliva, al 60% de potencia. Rehogaremos la cebolla durante unos 5 minutos, removiendo a menudo, hasta que quede transparente.

Mientras tanto, aprovechad para ir encendiendo el horno, poniéndolo a 180 grados y sin ventilador.

Una vez haya pasado el tiempo de la cebolla, añadiremos la carne, los higaditos y el tocino, rehogándolo todo durante 3 minutos. Añadimos el brandy y el tomillo rehogamos durante 4 minutos más. Apagamos el fuego y sazonamos.

Mientras el contenido del cazo se enfría un poco, batiremos el huevo y le añadiremos la nata y sal, mezclándolo todo muy bien para tener una mezcla homogénea. Cuando la tengamos, prepararemos la mezcla del paté en dos pasos: en primer lugar picaremos las carnes por separado, tal y como están en el cazo, y luego le añadiremos la mezcla de nata y huevo y volveremos a batir. Probaremos de sazón y corregiremos si es necesario.

A continuación verteremos nuestra mezcla en tarrinas o flaneras aptas para el horno. Las pondremos en una fuente de horno lo suficientemente grande para que nos quepan todas y llenaremos con cuidado el fondo de la fuente de agua hasta que llegue al menos a la mitad de altura de nuestras tarrinas. Vamos, esto es “lo que viene siendo” un baño maría, pero me he extendido explicándolo por si alguien no lo había hecho nunca. También os lo he explicado con mi “truco” pues cuando empezaba, más de una vez cometí el error de llenar la fuente de agua y luego meter las tarrinas y… ¡horror! El agua acababa cubriéndolas demasiado y metiéndose dentro de las tarrinas (arruinando la mezcla, claro). Para que no tengáis problemas con el principio de Arquímedes, os recomiendo hacerlo de esta forma hasta que cojáis práctica.

Pues bien, cuando tengamos la bandeja montada, la meremos en el horno y lo mantendremos allí durante unos 35 min. El tiempo puede variar en función del tamaño de las tarrinas (yo usé flaneras de 9,5 cm de diámetro por 4 cm de alto), así que os recomiendo ir probando “el punto” del paté con un cuchillo desde que hayan pasado los primeros 30 minutos de horneado.

Mientras el paté se hornea, vamos a preparar el acompañamiento, el “caviar” de aceituna. Para ello, picaremos finalmente las aceitunas, de tal modo que nos queden cubitos de apenas 2-3 milímetros de lado (tamaño de caviar un poco grande, jejeje, de ahí el nombre). Pasamos por encima un papel de cocina para secar un poco los cubitos y preparamos una sartén con aceite abundante, que pondremos al fuego al 70% de potencia. Cuando esté caliente, cogeremos un colador y pondremos en su interior una porción de los cubitos de aceituna. Meteremos el colador en el aceite caliente y cocinaremos por espacio de 30-40 segundos. Pasado ese tiempo, volcamos nuestras chispas sobre otro escurridor más grande, para retirar el exceso de aceite. Repetimos la operación hasta haber acabado con las aceitunas y reservamos nuestras chispas en el escurridor hasta el momento de emplatar.

Cuando termine el tiempo de horneado, sacaremos con cuidado las tarrinas y las dejaremos enfriar bien. Cuando estén frías, tenemos la opción de presentarlas simplemente desmoldadas en el plato (sobre un fondo de aceite) o preparar esta otra presentación, montando unas “quenelles” de paté con ayuda de dos cucharas y poniéndolas sobre el fondo de aceite. Terminamos espolvoreando un poco del caviar de aceituna negra y servimos acompañado de galletitas saladas o pan tostado. ¡Y a disfrutar!

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74. Ummmm…. Hummus!! (6 min + previo -25 min-)

Hoy vamos a empezar con un lote de recetas con garbanzos, que dicen los expertos que es buenísimo tomar legumbres y apenas hemos cocinado nada con ellas. Así que vamos a tomar cartas en el asunto y a darle caña a esta legumbre. Para estas recetas, podéis utilizar garbanzos cocidos de bote, pero yo he querido darme un homenaje y he comprado unos fantásticos garbanzos de Fuentesaúco, con denominación de origen (ole, ole!).
Si os animáis, como yo, a abordar las tres recetas con garbanzos secos, tendréis que realizar primero este paso PREVIO: Cocer 200 gr de garbanzos secos, dejándolos a remojo previamente durante 12 horas, y cociéndolos en la olla rápida con 500ml de agua, 250 ml de caldo de verduras y una cucharada de sal durante 16 minutos (contando desde que el vapor comience a salir por la válvula). Apagamos el fuego, dejamos enfriar la olla, abrimos la válvula y, finalmente, abrimos la olla y escurrimos y enfriamos los garbanzos. Los que no vayáis a usar para la receta en cuestión, reservarlos en un tupper en el frigorífico hasta el momento de ponerse a cocinarlos.

  • 120 gr de garbanzos cocidos (ya fríos, pero no demasiado para que no perdamos matices de sabor).
  • 1 cucharadita (11 gr) de tahine o pasta de sésamo (de la que habíamos empezado cuando preparamos el paté de berenjena y teníamos “danzando” en la nevera)
  • 1 pan de pita (del mismo pack que empezamos ayer con nuestra Pita noruega de salmón)
  • 3 cucharadas de agua
  • 3 cucharadas de zumo de limón
  • ¼ de diente de ajo
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra + una cucharadita para decorar
  • 1 cucharadita de vinagre de vino blanco al estragón
  • Una pizca de pimentón dulce, también para decorar.

Para preparar nuestro hummus introduciremos todos los ingredientes (menos el pan de pita y los ingredientes de decoración, jejeje) en el accesorio picador de la batidora y trituramos hasta dejar una mezcla homogénea. Cuando la tengamos, la pondremos en el bol de servicio y decoraremos con una pizca de pimentón dulce y un hilo (una cucharadita máximo) de aceite de oliva virgen extra por encima.
Tostaremos ahora nuestro pan de pita y lo cortaremos en tiritas para dippear con él (aunque también está genial con colines). ¡¡Qué aproveche!! Ummmm 😉

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65. Paté de Berenjena (40 min)

Hoy vamos a darle uso a aquella media berenjena que nos quedó empezada después de preparar nuestro plato de berenjena con salsa romesco. Lo haremos a través de este plato, típico de la cocina árabe. A pesar de que veáis los 40 minutos de elaboración, no os asustéis, pues casi todo el tiempo se va a ir en el horneado y mientras tanto podréis aprovechar para hacer vuestras cositas… jejeje. En esta ocasión yo lo he presentado con unas tostaditas, pero también resulta estupendo para dippear con trocitos de pan de pita (si os sobró algún paquete de cuando hicimos el “salsiqui”, aprovechadlo). No me enrollo más, os cuento directamente los ingredientes que necesitáis para poder preparar una tarrina de paté como la de la foto:

  • 125 gr de berenjena (la que no cocinamos cuando hicimos la salsa romesco).
  • ¼ de diente de ajo pequeño (si no os gusta mucho el ajo, quizá un pelín menos).
  • 20 gr de tahina (Aproximadamente dos cucharadas de esta pasta de sésamo. La encontraréis en el Corte Inglés o en tiendas de cocina árabe).
  • 3 cucharadas de zumo de limón
  • Sal
  • Biscotes

Para prepararlo, lo primero que tenemos que hacer es encender el horno y precalentarlo a 200ºC. Mientras se calienta, cogeremos nuestra berenjena sin pelar y le haremos varias hendiduras alrededor con ayuda de un cuchillo. Una vez hechas, envolveremos nuestra berenjena en papel de aluminio y lo cerraremos bien para que no se escapen los jugos de la misma. La pondremos en una bandeja de horno y la introduciremos en el horno durante 30 minutos. Como os adelantaba, ahora tendréis tiempo para hacer otras cosas 😉 Parado este tiempo, sacaremos la berenjena del horno y esperemos a que se temple un poco antes de desenvolverla.

Mientras la berenjena se enfría, podemos aprovechar para picar el ajo lo más finamente posible y ponerlo en un bol. Tras ello, cogeremos la berenjena y le extraeremos sólo la pulpa, añadiéndola al bol. Con ayuda de un tenedor, aplastaremos la pulpa de berenjena hasta que quede casi un puré. Si os cuesta trabajo esta tarea, podéis añadirle la sal ahora para que no resbale tanto por el bol. Finalizada esta tarea, le añadiremos el zumo de limón y las dos cucharadas de tahina. Removemos bien y corregimos de sazón si es necesario. Guardamos en el refrigerador hasta el momento de servir, llegado el cual lo serviremos acompañado de nuestros biscotes o pan de pita. ¡Y a disfrutarlo!

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63. Berenjenas a la plancha con Salsa Romesco (55 min)

Hoy nos hemos aventurado a preparar esta salsa, clásico de la gastronomía tarraconense, que normalmente suele ir acompañando a los famosos calçots. Tanto los calçots como la salsa romesco los probé por primera vez hace pocos meses. Los primeros no están mal, pero la salsa… ummm. Prometí que tenía que descubrir ese secreto. Y aquí estamos hoy, dejando de lado los calçots, que son un poco más rollo de preparar en casa y centrándonos en la salsa, que hoy acompañaremos con unas berenjenas a la plancha para que nuestro plato resulte sanísimo. Aunque el tiempo para prepararla es un poco más de que empleamos habitualmente, os aseguro que merece la pena y podéis hacer un poco más de cantidad para luego acompañar otras verduras a la plancha o un bacalao a la parrilla, por ejemplo. Sólo hay que echarle imaginación.

Bueno, pues os cuento ya lo que necesitaremos hoy para preparar dos tacitas como las de la foto:

  • 165 gr de tomates pera (del lote que compramos para preparar la ensaladilla de arroz, aún debemos dejar 1 para la receta de mañana…)
  • 1 cucharadita de carne de pimiento choricero (de la que teníamos en la nevera tras preparar el arroz campero con habas e ibérico).
  • 5 dientes de ajo
  • 15 gr de pan candeal (podéis usar el pan “de picos” que es muy fácil de encontrar en cualquier supermercado)
  • 10 gr de avellanas
  • 10 gr de almendra molida cruda (comprar una bolsita grande, que la gastaremos en estos días).
  • 3 cucharadas de aceite (una para asar, otra para la plancha y otra para la salsa).
  • 2 cucharaditas, de las de moka, de vinagre de Jerez
  • 80 gr de berenjena por persona (esto es menos de una berenjena entera, pero el resto lo gastaremos en breve, así que filmarla bien y al frigorífico).

SI ya tenemos a mano todos los ingredientes, lo primero que haremos será encender el horno a 200ºC. Mientras se calienta, en una pequeña fuente de horno pondremos los tomates, lavados y cortados por la mitad y, sobre ellos, los 5 dientes de ajo enteros (con su piel y todo). Regaremos todo con una de las cucharadas de aceite y lo meteremos al horno, para que se asen durante 40 minutos.

Este tiempo de espera lo podemos aprovechar para tostar la almendra molida. Para ello, simplemente poner una sartén antiadherente al fuego, al 60% de potencia, y añadirle el polvo de almendra, la mantendremos así, removiendo de vez en cuando, hasta que el polvo de almendra haya tomado un bonito tono dorado, pero sin llegar a tostarse demasiado (tendréis que estar vigilándolo para no cargároslo).

Pasados los 40 minutos de horno, sacamos la bandeja de los tomates y los dejamos enfriar.

Mientras se enfrían, vamos a ir metiendo en el accesorio picador de la batidora el pan, la carne de pimiento choricero, las avellanas y la almendra tostada.

Después, le quitaremos la piel a los tomates y los ajos y añadiremos sólo su pulpa al accesorio picador. Añadimos ahora un poco de sal y picamos hasta obtener una mezcla homogénea. Cuando lo tengamos, podremos añadir los ingredientes líquidos: las dos cucharitas de moka de vinagre de Jerez y la cucharada de aceite. Volvemos a triturar y probamos de sazón, por si hubiéramos de añadir sal. ¡Ya tenemos nuestra salsa!

Ahora prepararemos la berenjena. Para ello, la lavamos y secamos bien, pues la vamos a cocinar con piel. Cortamos en rebanadas de unos 5 mm de grosor hasta completar la ración que habíamos estimado (si queréis más no hay problema, jejeje). Ponemos al fuego una sartén grande antiadherente, al 70% de potencia y añadimos a la sartén la última cucharada de aceite de oliva. Cuando la sartén esté caliente, vamos añadiendo las rodajas de berenjena procurando que todas ellas capten un poco del aceite (sino corremos riesgo de que alguna se “emborrache” y otras queden secas). Mantendremos en la sartén 4-5 minutos por cada lado hasta que adquieran el punto que más nos guste. Apagamos el fuego, les añadimos la sal en la propia sartén y las servimos inmediatamente en el plato donde las vayamos a tomar acompañadas de nuestra estupenda salsa. ¡¡Qué rico!!

Espero que os guste tanto como a mi 😉

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