70. Crema Bicolor de Espárragos (20 min)

Como dice mi amiga Iassaka esta receta sí que es un espectáculo, no sólo por la presentación, que nos puede dar mucho juego (haciendo distintos dibujos con las cremas o incluso poniéndola en vasitos), sino por el saborazo y la textura que tiene. Siempre os invito a probar todas las recetas, pero especialmente en este caso no deberíais pasar por alto esta recomendación… Como se dice ahora, es un “must” 😉 Eso sí, esta receta va a poner a prueba vuestra capacidad para hacer dos cosas a la vez… ¿Quién se atreve?
Os cuento, sin entretenerme más, los ingredientes que necesitamos para cada ración:

Para la crema blanca:

  • 24 gr de cebolla limpia
  • 30 gr de nabo
  • 90 gr de espárragos blancos en conserva
  • 20 cl de nata (de la que nos ha sobrado tras preparar las cintas con calabaza)
  • 5 cl de agua
  • 10 gr de mantequilla
  • Sal

Para la crema verde:

  • 64 gr de espárragos trigueros
  • 10 gr de mantequilla
  • 10 gr de miga de pan candeal
  • 15 cl de un buen caldo de verduras (lo que sobre, congeladlo en raciones como hemos hecho otras veces)
  • Sal

Bien, pues ahora que lo tenemos todo, lo primero que tenemos que hacer es cortar la cebolla en juliana y el nabo en tacos por un lado y, por otro, cortar los espárragos verdes en rodajitas, dejando, eso sí, las yemas enteras. Cuando lo tengamos listo, pondremos dos cazuelas al fuego, al 60% de potencia, y en cada uno de ellos echaremos 10 gr de mantequilla para que se vaya derritiendo. Cuando esté templada, en la primera cazuela echaremos la cebolla en juliana y en el segundo, echaremos las rodajitas de espárragos verdes (menos las yemas). Rehogamos estos ingredientes en ambos cazuelas durante 2 minutos y, pasado este tiempo, añadimos el nabo al cazo de la cebolla y las yemas de espárragos verdes en el de los espárragos. Rehogamos el contenido de ambas cazuelas, removiendo de vez en cuando, durante 7 minutos más.

Pasado este tiempo, vamos a añadir a la cazuela del nabo y la cebolla, los espárragos blancos y la sal. A la “cazuela verde” le añadiremos la sal y sacaremos 2-3 yemas que reservaremos para decorar. Rehogamos otro minuto más el contenido de ambas cazuelas y ahora añadiremos los ingredientes líquidos. A la cazuela blanca, le vamos a añadir la nata y el agua. A la cazuela verde, le añadiremos el caldo y la miga de pan, y coceremos el contenido de ambas cazuelas durante 3 minutos más.
Ahora, ya tenemos casi todo listo, sólo tendremos que apagar el fuego y triturar con la batidora el contenido de cada cazuela hasta obtener una crema fina de cada una de ellas. Probamos de sazón y corregimos si es necesario.
Pues bien, ya sólo nos queda emplatar. Para conseguir el resultado de la foto, sólo tenemos que poner la crema blanca en nuestra sopera y tras ello, verter la crema verde justo en el centro. Con ayuda de un palillo, “rallaremos” la superficie con él con movimientos radiales desde el centro de la sopera hacia afuera, para conformar los “rayos” del sol. Con este mismo método, podemos hacer los dibujos que queramos. ¡Sólo hace falta practicar! Por último, colocaremos sobre la superficie de la crema las yemas de espárrago verde que habíamos reservado y…

¡a disfrutar del homenaje! Ya me diréis si os gusta.

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36. Sopita castellana (16 min)

Hoy para cenar he preparado una sopita para entrar en calor. Y no es que el día de hoy haya sido ni mucho menos el más frío del invierno, pero sí que me pareció un buen plato para despedir esta estación. ¡Hoy ha llegado la primavera! ¡Qué ganas de sol tengo! Además, nos sirve para continuar gastando el chorizo que empezamos con las lentejas y el que usamos ayer para las brochetas.

Os cuento los ingredientes que necesitáis para una persona:

  • 14 gr de pan, del día anterior, en 2 rebanadas.
  • ½ diente de ajo
  • 5 gr de chorizo en 3 rodajitas finas.
  • 250 ml de un buen caldo de pollo
  • 1 cucharada de aceite de oliva.
  • ½ cucharadita, de las de moka, de pimentón
  • Sal
  • 2 huevos de codorniz o uno de gallina pequeño.

Para preparar la sopa, lo primero que haremos será cortar el medio diente de ajo en rebanaditas, lo más finas posibles. Después, ponemos un cazo pequeño a calentar, al 60% de potencia. En él echamos la cucharada de aceite y ponemos a dorar los ajos y los mantenemos, removiendo de vez en cuando, durante 1 minuto. Añadimos después las rebanaditas de chorizo y el pimentón, le damos un par de vueltas para que este último se mezcle bien con el aceite e, inmediatamente después, añadimos las rebanaditas de pan. Tener las rebanadas 15 segundos por cada lado para que empapen el aceite y se tuesten ligeramente.

Después, añadimos el caldo de pollo y un poco de sal y llevamos a ebullición. Dejar hirviendo 3-4 minutos para que se integren bien los sabores y, en ese momento, cascar los huevos de codorniz y echarlos en la sopa, removiendo suavemente con un cucharón. Dejamos que los huevos se cuajen de esta forma (escalfados) y en cuanto estén listos, servimos la sopa en un cuenco y ¡listo!

 Nota: Para no tener problemas al cascar los huevos de codorniz os recomiendo que, con un cuchillo de sierra, los “serréis” ligeramente por un lateral hasta hacer una hendidura. Esta hendidura nos servirá para meter las uñas y abrir el huevo, sin correr riesgo de romper la yema.

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29. Crema de Remolacha con Manzana Verde y Yogur (40 min)

A pesar del nombre y del color ¡no penséis que es un postre! Se trata de una crema perfecta para una cenita entre semana por ejemplo, o incluso como aperitivo si lo ponemos en vasitos más pequeños. El juego de sabores entre la crema, ligeramente dulce, y el yogur, con su toque de acidez, hacen que comerla resulte muy divertido. Si ya os ha llamado la atención por los ojos, os terminará de sorprender por el gusto.

Necesitaréis, para prepararla, los siguientes ingredientes (las cantidades sirven para dos veces, pues llena bastante):

  •  150gr de remolacha cocida (del lote que empezamos con la ensalada).
  • 50 gr de cebolla limpia
  • 85 gr de patata pelada y lavada
  • 250 ml de caldo de verdura (si abris un brick nuevo, congelar el sobrante en una ración de 250ml y otra de medio litro)
  • 100 gr de manzana Granny Smith (esto es aproximadamente una manzana pequeña).
  • 50 gr de yogur griego natural (sin azucarar)
  • Sal
  • Unas nueces peladas (al gusto) y pimienta negra molida para decorar.

 Para prepararlo, lo primero es picar la cebolla en cuadritos y la patata en cubos algo más grandes y, sin mezclar, los reservamos. Picamos también la remolacha en cubos y reservamos.

 Ponemos una cazuela al fuego (al 50% de potencia) donde pondremos a derretir la mantequilla y, una vez derretida, le añadiremos los cuadritos de cebolla, pochándola durante 2 minutos. Después, le añadiremos la patata y rehogaremos otros 4 minutos; tiempo que aprovecharemos para pelar y cortar la manzana también en cubos grandes. Pasados los 4 minutos de la patata, incorporamos la manzana y rehogamos 2 minutos, y justo entonces añadiremos la remolacha, dejándolo pochar unos últimos 2 minutos.

Adjunto cuadro resumen de los minutos e ingredientes por si alguien se ha perdido… jejeje.

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Una vez hemos terminado los “pochados” añadimos el caldo de verduras y sal. Tapamos la cazuela y cocinamos todo el conjunto durante 20 minutos.

Tras ello, apagamos y retiramos del fuego, añadimos la mitad del yogur y trituramos todo muy bien con ayuda de la batidora. Probamos y corregimos de sal si fuese necesario.

Servimos en el cuenco donde lo vayamos a tomar con una isla de yogur en el centro y espolvoreado con las nueces picadas groseramente y un poco de pimienta negra molida.

¡Buen provecho!

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20. Crema fina de Calabaza y Ricota (45 min)

Anteayer, para los sándwiches, abrimos una de las dos tarrinas de requesón que habíamos comprado. Hoy vamos a usar casi todo lo que quedaba en la tarrina abierta para esta cremo, pero le daremos una nota sofisticada llamándola Ricota en lugar de requesón que, aunque sólo sea por decirlo en italiano, queda mucho más fino (y como es una crema fina… jejeje). En fin, voy a dejarme de bromas (que hoy no estoy muy fina 😉 ) y deciros lo que tenéis que preparar:

  • 45 gr de requesón/ricota
  • 125 gr de calabaza (limpia)
  • 80 gr de cebolla (limpia)
  • 15 gr de mantequilla
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 2 cucharadas de vino Oloroso (de Jerez)
  • ½ cucharadita, de las de moka, de comino molido
  • 2 vueltas de molinillo de pimienta negra
  • 250ml de caldo de pollo

Para prepararlo, ponemos una olla pequeña al fuego, calentándola al 60% de potencia con la mantequilla y el aceite de oliva. Cortamos la cebolla en cuadritos pequeños (brunoise) y la incorporamos a la olla, pochándola durante 7 minutos. Durante este tiempo, podemos aprovechar para cortar la calabaza en cubos de unos 0,5 cm de lado (aunque no hace falta ser muy exacto, ya que luego lo pasaremos por la batidora).

Pasado este tiempo, echar a la olla las dos cucharadas de vino oloroso y dejar que el alcohol se evapore durante 2 minutos. Hecho esto, añadimos a la olla los tacos de calabaza y las especias y rehogamos durante 2 minutos más. Ahora, añadiremos a la olla el caldo de pollo, llevamos a ebullición y cocinamos todo 10 minutos más.
Después de estos 10 minutos, apagamos el fuego, retiramos la olla y añadimos el requesón. Batimos muy bien durante la batidora, hasta que no nos queden grumos, probamos el punto de sal y lo corregimos si es necesario.

Podríamos tomar este puré tal cual (como en la foto), pero yo os propongo que lo paséis por un colador o el chino (quizá tengáis que ayudaros con una cuchara o un cazo para forzar que pase) y así nos quedará la crema fina que vamos buscando. La verdad es que yo probé las dos versiones y me gusta más la versión “filtrada”. Es posible que durante este proceso (el de filtrado) se nos enfríe un poco la crema, si es el caso, darle un toquecillo en el microondas y ¡¡a comer!!

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17. Sopa de Cebolla Clásica (25 min)

Esta es otra de mis recetas favoritas, un clásico de la cocina francesa y un plato perfecto para entrar en calor en una noche de invierno. Con muy poquitos ingredientes conseguiremos un plato, para mi gusto, muy apetitoso y, preparándolo, aprovechamos además el queso emmenthal que nos sobró de la quiche de puerros y el caldo de pollo que habíamos congelado tras preparar la cremita de puerros. Mi recomendación es que lo saquéis del congelador y lo pongáis en la nevera la noche anterior, para que se descongele despacio. Hacemos así un alto en el camino de gastar el bacon, para gastar estos ingredientes que estaban “descolgados” en nuestra nevera.

Os cuento lo que vais a necesitar:

  • 250 ml de caldo de pollo
  • 30 gr de queso emmenthal en un taco
  • 50 gr de cebolla limpia
  • 20 gr de mantequilla
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
  • 2 rebanadas de pan
  • Sal

Para prepararla:

Rallar la mitad del taco de queso y la otra mitad cortarlo en cubitos de 3x3mm, reservarlos en la nevera.
Cortar la cebolla en juliana fina (tiras finas) y ponerlas a pochar en una olla pequeña, que habremos puesto al fuego, al 60% de potencia, con la mantequilla y la cucharada de aceite. Rehogar así, durante 8 min, removiendo de vez en cuando.
Cuando haya pasado en ese tiempo, retiramos parte de la grasa de la cocción (la mitad aproximadamente), añadimos el caldo de pollo y volvemos a poner al fuego hasta que empiece a hervir.
Mientras tanto, tostar las dos rebanadas de pan, poner encima de ellas el queso rallado y gratinarlo (en horno o con el grill del microondas) durante 2 minutos y reservar.
Cuando la sopa empiece a hervir, retirar del fuego, servirla en el plato donde la vayamos a tomar, añadirle los cubitos de emmenthal (que funcionarán como pasta maravilla) y poner en la superficie las dos rebanadas de pan con queso y ¡¡¡a comer!!

Nota: Una alternativa a tostar y gratinar las tostadas como hemos hecho, es servir la sopa en un recipiente apto para horno, poner las tostadas sobre la sopa y añadir el queso rallado por encima, y gratinar el conjunto en el horno. De otra forma se integrará mejor el pan y el queso (quedará más doradito también), pero por el contrario los cubitos de queso se nos fundirán demasiado. Para minimizar este efecto, podemos reservar los cubitos en el congelador y echarlos en la sopa justo antes de gratinarla.

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2. Cremita de Puerros (27 min)

Ya que hemos comprado las patatas monalisa y ayer nos dejamos abierta una cebolla para hacer nuestra tortilla, vamos a aprovechar estos dos ingredientes para nuestra siguiente receta: la cremita de puerros. Bueno, realmente de puerro, porque sólo utilizaremos uno, pero el resto del manojo que hemos comprado lo usaremos en unos pocos días. Si lo preferís, podeís aprovechar para doblar los ingredientes de esta receta y hacer crema para un par de noches… seguro que no os arrepentís.

Aquí están los ingredientes necesarios:

  • 60 gr de patatas monalisa (ya peladas)
  • 60 gr de cebolla blanca dulce (limpia)
  • 80 gr de puerro (limpio)
  • 20gr de mantequilla (no margarina, que no es lo mismo!)
  • 250 ml de caldo de pollo (nos vale el de brick, yo he comprado un brick de 500ml. Si vosotros hacéis lo mismo, congelar la mitad sobrante para que la usemos otro día. Podéis hacerlo en el propio brick, teniendo la precaución de que no se nos vuelque dentro del congelador)
  • Sal
  • 2 cucharadas de nata líquida.

Poner en una cazuelita la mantequilla a derretir, para ello, poner el fuego al 60% de la potencia. Cortar la cebolla en tiras, añadirla al cazo para que se empiece a rehogar en la mantequilla (la cebolla es el ingrediente que más tarda en hacerse de los tres que tenemos), mientras tanto, cortar las patatas en rodajas como para tortilla 😉 y añadirlas también a la cazuela. Por último, cortar los puerros en rodajas y añadirlos también. Contar que, desde que hayamos añadido la cebolla, tendrán que pasar 7 min en total para tener todo rehogado al punto que queremos.
En ese momento, añadir el caldo de pollo, una pizca de sal y bajar el fuego al 50% de potencia. Lo tendremos así, hirviendo, 17 minutos más. Pasado el tiempo, apagamos el fuego, añadimos la nata y trituramos con ayuda de la batidora. Probamos para ver qué tal está de sal y corregimos si es necesario. Servimos y ¡¡a comer!!

Toque: Si queremos darle un toque elegante, decorarla con unos tallos de cebollino (enteros o picados, como prefiráis). También podéis tomarla en frío, está riquísima.

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