Seguimos hoy gastando nuestro queso Idiazábal con un pescado, que luego me dice mi amigo Mario que apenas escribo recetas con pescaditos. Pues Mario, esta va por ti. Además, ya veréis que es una receta súper rápida y muy fácil de hacer. Si además a eso le unes que queda con un sabor estupendo y una muy buena pinta ¿qué más se puede pedir? Podéis aprovecharlo incluso para cuando tengáis invitados, ya sabéis, multiplicando estas cantidades por el número de comensales:
- 250 gr de bacalao fresco en un taco, mejor con piel (puede valeros también el bacalao desalado, pero en ese caso deberéis reducir un poco la cantidad de idiazábal y sustituirla por más cantidad de almendra, pues el queso, al ser curado, ya le aporta bastante sal al plato).
- 10 gr de queso idiazábal (parte de lo que nos sobró al preparar los canapés de Idiazábal con Membrillo).
- 10 gr de almendra molida (del mismo lote que empezamos cuando preparamos la salsa romesco)
- 7 gr de mantequilla bien fría.
- Sal
Como os decía, la preparación de este plato es la mar de sencilla. Tendréis que empezar por encender el horno y precalentarlo a 200ºC. Mientras se calienta, cogeremos nuestro taquito de queso y lo rallaremos finamente (es decir, con un rallador fino para que os quede en textura de polvo) hasta conseguir los 10 gr que necesitamos. Lo pondremos entonces en un bol al que añadiremos también los 10 gr de almendra molida y mezclaremos bien.
Ahora, cogeremos la mantequilla y la cortaremos en pequeños cubos que echaremos también al bol y agregaremos a la mezcla mediante pequeños pellizcos (= cogemos con las puntas de los dedos parte de la mantequilla y parte de queso con almendra y frotamos las yemas para que nos quede una especie de arenilla como la que os muestro en esta foto). Es importante que la mantequilla esté bien fría para que tienda a hacer esta “arena” y no a derretirse y a hacerse una pasta.
Cuando lo tengamos listo, pasamos a “trabajar” el bacalao. Cogemos el taco, lo secamos bien con papel de cocina, lo salamos ligeramente y después lo ponemos en una bandeja de horno con la piel hacia abajo. Si nuestro bacalao no tiene piel, tendréis que tener la precaución de engrasar bien la bandeja para que el bacalao no se quede pegado. Una vez en la bandeja, lo cubriremos con nuestra “arena” (en realidad en cocina a esto se le llama crumble), procurando que no se caiga nada y quede bien cubierto por todas partes.
Finalmente, lo introduciremos en el horno (con calor arriba y abajo y ventilador) y lo tendremos unos 15 min (un poco menos si es un taco fino y un poco más si es un taco alto. El mío, como ejemplo, tenía 3cm de alto y tardo los 15 minutos justos). Pasado este tiempo, lo sacamos del horno, lo emplatamos y ¡lo disfrutamos!
Espero que os guste.