Tenía especial interés en que, dada la fecha, la primera receta fuera ésta: la tortilla de patata. Y es que este domingo se celebra en mi pueblo y en los pueblos de alrededor el “día de la tortilla”. Coincidiendo con el día de San Blas, una fecha en la que ya suele ser más patente que los días se van alargando, las familias y grupos de amigos preparan tortillas de patata en todos sus formatos y salen a comerla al campo aprovechando, sí el día acompaña, los rayitos de sol que tanto han faltado durante el otoño y lo que va de invierno.
Nuestra “familia de uno”, no va a ser menos, así que os dejo aquí las instrucciones para poder disfrutar de este manjar tan “Typical Spanish” en su versión más minimalista. Espero que la disfrutéis.
Necesitaréis:
- 140 gr de patatas monalisa (ya peladas)
- 30gr de cebolla blanca dulce (pesada ya limpia, sin piel ni trocitos que vayamos a descartar)
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 huevo (mejor de corral)
- Sal.
Para prepararla:
Cortar las patatas ya peladas y lavadas en rebanadas de unos 3-4 mm de grosor (si las patatas no son monalisa –pequeñitas- cortarlas primero por la mitad para que las rebanadas sean más pequeñas), salarlas y reservarlas. Poner el aceite a calentar, 1 taza aproximadamente o la cantidad necesaria para que haya un fondo de 1 cm de alto, con el fuego a un 70% de la potencia total.
Cortar la cebolla en tiras (juliana) y echarlas directamente al aceite, añadir un par de minutos después las patatas y, cuando el aceite hierva de nuevo, bajar la potencia del fuego al 60%. Ir volteando las patatas a menudo (cada 3-4 min) para que no se peguen y se vayan dorando por todos lados. De vez en cuando recomiendo también pisarlas (“espachurrarlas” un poco con la rasera) porque la patata rota se integrará mejor con el huevo y dará más textura a la tortilla. En total deberán estar en el fuego unos 15min. Retirar la sartén del fuego, sacar las patatas escurriendo todo el aceite que podamos y reservar en un plato para que se enfríen un poco.
Mientras tanto, podemos ir batiendo el huevo y añadiendo un toque de sal. Eso sí, probar primero las patatas fritas, no vayan a estar saladas y la liemos…. Podemos también preparar la sartén, yo usé para la de la foto una de 18cm de diámetro, pero si tenéis una más pequeña, mejor, que quedará más gordita. Ponerla al fuego al 70% con 1 cucharada de aceite de oliva virgen. Mezclar ahora la patata con el huevo, bastantes vueltas para que se integre y, cuando la sartén esté bien caliente (empezará a humear) verter en ella la mezcla. Aguantar la mezcla así en el fuego 2 minutos, para que se cuaje bien por ese lado. Si nos da miedo que se pegue, sacudir ligeramente (moviéndola sólo en la horizontal) la sartén sobre el fuego. Pasados los dos minutos, coger un plato llano más grande que la sartén, tapar la sartén con él y voltearla de manera que el plato quede abajo y la sartén arriba boca abajo (como nuestra tortilla pesará poco, nos servirá de buen entrenamiento del “gesto” para cuando la hagamos para más gente). Verter con cuidado la tortilla en la sartén, para que la parte cruda nos quede abajo, y tenerla allí 1 min 30seg. Apagar el fuego, repetir “el gesto” para comprobar que se hizo bien el otro lado y ¡¡a comer!!
Toque: Si algún día estamos aburridos de la tortilla de patata normal (cosa que yo no concibo) podemos darle un toque distinto añadiéndole al huevo batido un pellizquito de curry en polvo (mejor curry de Madrás).