Aprovechando los últimos tomates que me quedan del huerto de mi amiga, voy a rescatar esta receta popular murciana (de la tierra de mi madre). Esta receta nos la preparaba mi madre cuando éramos pequeñas y a ella, a su vez, se la preparaba nuestra yaya durante mucho mucho tiempo. El motivo no es sólo porque esta receta sea muy económica (como su propio nombre indica, es un pisto hecho con “poco material”) y a mi yaya le sirviera para alimentar una familia numerosa; sino porque está deliciosa y constituye una propuesta de cena alucinante.
En el caso de la receta de hoy, al llevar una preparación fácil pero larga, vamos a preparar cantidad para dos raciones. Vamos con la lista de ingredientes, muy breve hoy, y empezamos. Necesitaréis para estas dos raciones:
- 650 gr de tomates enteros (del lote de 1 kg aprox que habíamos empezado en la receta de la Sopa de Tomate con Higos).
- 80 ml de aceite de oliva virgen extra
- 1 huevo
- ½ cucharadita, de las de moka, de azúcar
- Sal
- Unas rebanadas de pan del día anterior, para acompañar
Para preparar nuestra “sartencica”, lo primero que vamos a hacer va a ser pelar los tomates. He de contaros una anécdota en este punto, jejeje. El otro día, cuando le pedía a mi madre que me recordase la receta, le pregunté: ¿le quito las semillas a los tomates? Y la respuesta, no podía ser otra: – ¡No hija! Que entonces le quitas material y “peso” a la receta. Pues claro, qué tonta fui, a veces con tantas técnicas modernas y sofisticadas nos olvidamos de nuestros orígenes y de la racionalidad que tenían las recetas de nuestras abuelas.
Hecho este inciso, vamos a seguir con la receta. Cuando tengamos pelados los tomates, le quitaremos los pedúnculos (eso sí) y los picaremos un poco más finos que si fueran para ensalada (gajos de unos 2-3cm de largo). Al terminar, prepararemos una sartén mediana al fuego, al 60% de potencia y, cuando esté templada, le añadiremos los 80 ml de aceite. Esperamos unos segundos y añadimos el tomate picado.
Dejamos cocinar el conjunto, removiendo de vez en cuando, durante 35 minutos. Poco antes del final, cuando hayan pasado unos 25 minutos, añadiremos la ½ cucharadita de moka de azúcar, que nos ayudará a restarle acidez al tomate, y la sal. También en este último tramo de cocción, aprovecharemos para cortar y tostar 4 rebanaditas de pan del día anterior, y para cascar y batir muy poco el huevo.
Cuando ya hayan pasado los 35 minutos, añadiremos el huevo semibatido, dejamos “estar” 6 segundos para que empiece a cuajarse y luego removemos vigorosamente, para romper que el huevo cuajado nos quede en forma de hebras. Y… ¡ya está! Únicamente nos queda probarlo y corregir de sazón si fuese necesario; y servir acompañado de las tostaditas de pan.
¡Espero que os guste amigos!