¡Buenas tardes chicos! ¿Dispuestos a conocer una nueva propuesta de receta sana, rápida y sabrosa para compaginar con vuestras tardes de “terraceo”? Espero que sí porque, desde luego, la propuesta de hoy no os va a dejar indiferentes.
Como me he retrasado un poco en escribiros, he incumplido mi propio slogan y, para nuestra receta nº 134 (Tallarines salteados con Shitake, Pimientos y Anacardos), me tocó volver de nuevo a la compra a por setas shitake. Esta vez, en lugar de comprarlas sueltas, me he animado a comprar un surtido de tres tipos de setas como el que os muestro en la foto, para enlazar con ellas esta receta, la anterior y nuestra próxima creación (coming soon… jijiji).
En la receta de hoy, usaremos las más chiquititas (las que tienen realmente aspecto de seta, se llaman agrocybe aegerita o setas de chopo). Dejando las últimas, las setas de cardo, para nuestra próxima creación. Pero no nos adelantemos, vamos con la lista de ingredientes para una racción de nuestra receta de hoy. Necesitaremos:
- 5 ramitas de ajetes (50 gramos de ellos, limpios ya de sus hojas), de los que no utilizamos en la receta de tallarines salteados con shitake, pimientos y anacardos.
- 45 gr de setas de chopo
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 huevo
- Sal
- Pimienta
- 1 cucharadita, de las de moka, de esta pasta de boletus y trufa (o tartufatti o similares, que podéis encontrar, por ejemplo en el rincón gourmet del Corte Inglés).
Para preparar nuestra receta, lo primero que haremos será limpiar las setas con un paño húmedo y pelar y limpiar los ajetes, cortándolos en trozos de unos 2 cm de largo. Si alguna de las setas es más grande de este tamaño, cortarla también longitudinalmente para que el revuelto nos quede más homogéneo.
Cuando lo tengamos listo, pondremos una sartén al fuego, al 50% de potencia, con las 4 cucharadas de aceite. Cuando éste se haya calentado, añadiremos los ajetes y rehogaremos durante 3 minutos. Pasado este tiempo, añadiremos las setas y rehogaremos durante 2 minutos más. Transcurrido este tiempo, salaremos generosamente (que nos sirva también para cuando añadamos el huevo); subiremos el fuego al 70% de potencia y cascaremos el huevo sobre la sartén. Removeremos vigorosamente para romperlo y que se cuaje en pequeñas “porciones” y, antes de que termine de cuajar, añadiremos la cucharadita de pasta tartufatta para que se integre bien con él. Apagamos el fuego, añadimos la pimienta, servimos y disfrutamos antes de que se enfríe.
Ummmm. La verdad es que es un homenaje perfecto para una cenita. ¡Espero que os guste!