135. Revuelto de Setas y Ajetes a la Trufa (8 min)

¡Buenas tardes chicos! ¿Dispuestos a conocer una nueva propuesta de receta sana, rápida y sabrosa para compaginar con vuestras tardes de “terraceo”? Espero que sí porque, desde luego, la propuesta de hoy no os va a dejar indiferentes.
Como me he retrasado un poco en escribiros, he incumplido mi propio slogan y, para nuestra receta nº 134 (Tallarines salteados con Shitake, Pimientos y Anacardos), me tocó volver de nuevo a la compra a por setas shitake. Esta vez, en lugar de comprarlas sueltas, me he animado a comprar un surtido de tres tipos de setas como el que os muestro en la foto, para enlazar con ellas esta receta, la anterior y nuestra próxima creación (coming soon… jijiji).

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En la receta de hoy, usaremos las más chiquititas (las que tienen realmente aspecto de seta, se llaman agrocybe aegerita o setas de chopo). Dejando las últimas, las setas de cardo, para nuestra próxima creación. Pero no nos adelantemos, vamos con la lista de ingredientes para una racción de nuestra receta de hoy. Necesitaremos:

  • 5 ramitas de ajetes (50 gramos de ellos, limpios ya de sus hojas), de los que no utilizamos en la receta de tallarines salteados con shitake, pimientos y anacardos.
  • 45 gr de setas de chopo
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 huevo
  • Sal
  • Pimienta
  • 1 cucharadita, de las de moka, de esta pasta de boletus y trufa (o tartufatti o similares, que podéis encontrar, por ejemplo en el rincón gourmet del Corte Inglés).135_PastaSetasTrufa

Para preparar nuestra receta, lo primero que haremos será limpiar las setas con un paño húmedo y pelar y limpiar los ajetes, cortándolos en trozos de unos 2 cm de largo. Si alguna de las setas es más grande de este tamaño, cortarla también longitudinalmente para que el revuelto nos quede más homogéneo.

Cuando lo tengamos listo, pondremos una sartén al fuego, al 50% de potencia, con las 4 cucharadas de aceite. Cuando éste se haya calentado, añadiremos los ajetes y rehogaremos durante 3 minutos. Pasado este tiempo, añadiremos las setas y rehogaremos durante 2 minutos más. Transcurrido este tiempo, salaremos generosamente (que nos sirva también para cuando añadamos el huevo); subiremos el fuego al 70% de potencia y cascaremos el huevo sobre la sartén. Removeremos vigorosamente para romperlo y que se cuaje en pequeñas “porciones” y, antes de que termine de cuajar, añadiremos la cucharadita de pasta tartufatta para que se integre bien con él. Apagamos el fuego, añadimos la pimienta, servimos y disfrutamos antes de que se enfríe.

Ummmm. La verdad es que es un homenaje perfecto para una cenita. ¡Espero que os guste!

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133. Wok Picante de arroz con Shitake y Espárragos (15 min)

Llega la primavera y con ella el tiempo de los espárragos trigueros (ummm) y, por supuesto, las ganas de pasar menos tiempos en la cocina. Así que vamos a iniciar hoy una tanda de recetas rápidas para que podáis aprovechar el mayor tiempo posible del solecito y las terracitas. 😉 La receta que os propongo hoy, podéis utilizarla como guarnición o como plato único. Con estas cantidades, a mí me sirvió perfectamente como plato único, pero sé bien que algunos tenéis más saque que yo, así que sentíos libres de añadir ingredientes proporcionalmente o de bucear por el blog para encontrar algún plato con el que maridarlo. ¿Qué tal el wok de ternera con lima y pimientos o el de gambas con brócoli y salsa de ostras? Umm, se me hace la boca agua sólo de pensarlo, así que dejaré de pensar y me centraré en daros la lista de ingredientes, jejeje.
Aquí van; para una ración de este wok de arroz, necesitaréis:

  • 60 gr de arroz basmati (del que usamos por última vez cuando hicimos las albóndigas de pollo al curry)
  • 50 gr de setas shitake (del lote que compramos para preparar los canelones de espinacas y setas)
  • 50 gr de espárragos trigueros, limpios (compré un manojo, pero esta vez no enlazaré más recetas con ellos, porque cayeron una noche a la plancha con unas escamas de sal Maldón).
  • 8 gr de pimiento rojo picante (si os va la marcha, podéis usar chili, pero yo cogí uno ligeramente picante).
  • 3 cucharadas de aceite de girasol.
  • 1 cucharada de salsa de soja dulce.
  • 1 cucharada de salsa de soja normal.
  • 1 huevo pequeño.
  • 1 pizca de sal.

Preparar esta receta es, como os decía, facilísimo y muy rápido (si somos medianamente ágiles en nuestra cocina, jeje). Lo primero que haremos será poner una olla con agua y sal a cocer y, cuando hierva, añadiremos al arroz basmati y coceremos según indica el fabricante, pero dejándolo al dente (es decir, quitarme un minuto al tiempo de cocción que os indique en la bolsa).

Paralelamente, lavaremos y picaremos bien las verduras; el pimiento en tiras finitas, las setas en tiras un poco más grandes y los espárragos en rodajitas, dejando las yemas enteras. Reservamos las tres cosas por separado en un plato. Por otro lado, podemos adelantar también el tema “huevo”, o lo que es lo mismo, abrirlo y batirlo en un cuenco con una pizca de sal, como si fuese para tortilla.

Esperaremos que termine de cocer el arroz y tras ello lo escurriremos muy bien. Cuando lo tengamos, ya sólo nos queda la parte fácil. Pondremos el wok al fuego, al 80% de potencia (la cocina en wok siempre se debe hacer a fuego fuerte, no lo pondremos al máximo porque estamos cocinando cantidades pequeñas, pero si hacéis más cantidad, dadle caña). Cuando esté caliente, añadiremos el aceite de girasol y seguidamente el pimiento y los espárragos. Los salteamos moviendo enérgicamente para que no se nos queme durante 30 segundos. Pasado ese tiempo, añadimos las setas y seguimos salteando durante 1 minuto más. Ahora, añadiremos el arroz y lo salteamos durante otro minuto a la par que vamos añadiendo, con ayuda de una cuchara, el huevo en “hilo” para que se cuaje (esto es, literalmente, que el huevo caiga en hilo desde la cuchara y entre en contacto de la misma forma con las paredes del wok. De esta forma, el huevo cuaja también con forma de hilo, que es lo que buscamos para que se asemeje lo más posible a un plato puramente oriental). En cuanto lo tengamos todo incorporado, añadimos los dos tipos de soja; removemos bien, corregimos de sazón si es necesario y… servimos y devoramos inmediatamente!  🙂

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122. Nuggets “Light” al horno con Mahonesa de Curry (18 min)

Aunque aún nos quede miso en la nevera, hoy empezamos un nuevo “lote” de recetas. Esta receta y la siguente están pensadas para hacerse a la vez, con lo que no tardaré mucho en publicarla 😉 Pero vamos a empezar por esta, que lleva proteínas y hace mucho que no os preparo una receta con carne.

Y es que llevar una alimentación equilibrada es importante, por eso hoy he querido compartir con vosotros esta reinvención de los nuggets. Los Nuggets (en general) me parecen uno de los “picoteos” más apetecibles, pero reconozco que los originales, que no dejan de ser pollo frito que se sirve con salsa, no se pueden tomar todos los días porque engordan una barbaridad. Pues bien, hace unos días mi profe de cocina, Rosa Pertierra (¡qué grandes tus clases, Rosa!), me enseñó este truquito para hacer una versión del plato infinitamente más sana. ¿Os parece si empezamos?

Vamos allá con los ingredientes para una ración (unas 6-7 unidades):

  • 200gr de pechugas de pollo (mejor de corral)
  • 40 gr de copos de maíz (cereales tipo Corn Flakes. Muy importante que no tengan azúcar).
  • 2-3 claras de huevo (en realidad con dos bastará, pero ya veréis que digo 3 porque en la próxima receta necesitaremos las 3 yemas “sobrantes”).
  • Sal
  • Pimienta negra
  • 3 cucharaditas de mahonesa light
  • ¼ de cucharadita, de las de moka, de curry de Madrás
  • Unas gotas de zumo de lima

Para preparar nuestra receta, lo primero que haremos será encender el horno y ponerlo a calentar a 200 ºC. Tras ello, picaremos a cuchillo, de manera irregular, las pechugas de pollo. Las salpimentaremos al gusto y las reservaremos en un bol. El picarlas a cuchillo de manera irregular nos ayudará a darles ese toque de pollo “ligeramente procesado” que tienen algunos nuggets y que me encanta (me adelanto a la foto finish y os enseño cómo quedan por dentro para que veáis a lo que me refiero).

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Pondremos después los cereales en el mortero y lo romperemos hasta que queden transformados en pequeños copitos. Los ponemos en un plato hondo y en otro plato hondo echaremos las claras y las batiremos. Ahora sólo nos falta hacer bolitas con nuestra mezcla de carne y pasarlas primero por las claras y luego por los cereales; tras lo cual las aplastaremos ligeramente y dispondremos sobre un papel de horno o un silpat. Cuando hayamos terminado de montarlos, los metemos en el horno (con ventilador) y mantenemos allí durante 10-12 minutos, dependiendo de si la carne os gusta más o menos hecha.

Este tiempo nos dará de sobra para preparar nuestra salsa, también baja en calorías dentro de lo posible, jejeje. En una tacita, añadiremos las tres cucharaditas de mahonesa light, el ¼ de cucharadita de curri y las gotas (1 cucharadita aproximadamente) de zumo de lima.

Removeremos bien y pondremos en un cuenco pequeño.
Cuando terminen de hornearse los Nuggets, ya sólo nos faltará servirlos en una bandeja pequeña junto al cuenco de salsa y… ¡disfrutarlos sin remordimientos!

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118. Guisantes salteados con Huevo Mollet (35 min)

Ayer encontré en el Mercado de Chamartín unos guisantes tan frescos (aquí tenéis la muestra) que me decanté por prepararlos en una receta que fuera sencilla y que no llevara muchos ingredientes para poder apreciar el sabor original.
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El resultado, ¡lo tenemos entre manos! Estos guisantes cocidos y salteados ligeramente con un huevo mollet para darles aún más sedosidad (la verdad es que estaban buenos-buenos! Jejeje).
Vamos allá con los ingredientes, como siempre, para una ración:

  • 300 gr de guisantes frescos (comprad 100 gr más que los utilizaremos para la siguiente receta).
  • 25 gr de cebolla dulce, limpia
  • 10 gr de tocino fresco (del que nos sobró tras preparar nuestro paté de perdiz con caviar de aceituna negra).
  • 1/3 de cucharadita, de las de moka, de pimentón
  • 2 cucharadas de aceite
  • 1 huevo
  • Sal

Para preparar nuestro plato, lo primero que debemos hacer es abrir las vainas de los guisantes y extraerlos, es la parte más entretenida y la que suma, al menos, 10 minutos del tiempo total de preparación que os indicaba arriba. Tened paciencia, poned algo de música y, cuando hayais limpiado la mitad, poned al fuego una cazuela con abundante agua, pero sin sal (la sal nos deshidrataría los guisantes y haría que nos quedasen arrugados). Cuando tengamos los guisantes limpios y el agua hirviendo, los echaremos y cocinaremos junto con el pedacito de tocino, durante 20 minutos a fuego suave (al 60% de potencia).
Durante estos 20 minutos, nos dará tiempo para picar muy finamente la cebolla y rehogarla en una sartén con 2 cucharadas de aceite. La pondremos al 50% de potencia y rehogaremos durante 5 minutos, removiendo a menudo para evitar que se queme. Cuando hayan pasado los 5 minutos, añadimos el pimentón, removemos y apagamos el fuego, reservando la sartén tal cual hasta que vayamos a rematar el plato.

Como a los guisantes aún les quedará tiempo, nos entretendremos ahora en los preparativos para el huevo mollet. Para prepararlo, lo primero que haremos será poner otro cazo al fuego con agua a calentar, a fuego fuerte hasta que llegue a ebullición. Por otro lado, necesitaremos una taza y un cuadrado mediano de papel film. Con los dedos mojados en unas gotas de aceite, untaremos la cara interna del papel film (para evitar que el huevo se pegue) y luego lo colocaremos siguiendo la forma cóncava de la taza (como en la foto que os pongo a continuación. Salaremos ligeramente y tras ello cerraremos el papel film cogiendo todos los extremos, formando un pequeño saco que nos deje huevo en el centro. Enrollamos el extremo y lo sujetamos firmemente con una goma elástica para evitar que se desmonte.

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Ya casi hemos llegado a la fase final del plato!! En este punto ya habrán pasado los 20 minutos de los guisantes, así que los sacaremos de la olla y los escurriremos bien. Tendremos ya, también, el cazo con agua hirviendo para el huevo; así que bajaremos la potencia de ese fuego al 50%, introduciremos el saquito con el huevo y cronometraremos (muy importante ser exactos) 4 minutos (4 min 30 segundos si os gusta más cuajado). Cuando hayamos metido el huevo en el agua, volveremos a encender el fuego de la sartén (al 50% de potencia) y añadiremos los guisantes y sal al gusto. Saltearemos durante 3 minutos, removiendo a menudo y tras ello los emplataremos inmediatamente. Poco después vencerán los 4 minutos del huevo, así que lo sacaremos del agua a un plato, quitaremos la goma (o cortaremos el film, lo que más cómodo os resulte) y lo “pelaremos” con cuidado para evitar que se rompa. Pondremos finalmente nuestro huevo sobre los guisantes y lo romperemos con la punta del cuchillo justo cuando lleguemos a la mesa….

Ummmm! Ya sólo queda disfrutarlo!! Espero que os guste. ¡Bon appetit, mes amis!

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117. Croquetas de Boletus con Mermelada de Pimientos del Piquillo (65 min)

Hoy comparto con vosotros una nueva receta con las que uno piensa… “¿Realmente debería publicarla o guardarme el secreto?” Jejeje. ¡Pues nada de secretos! De alguna forma tendré que premiar que hayáis llegado hasta aquí y me estéis leyendo, ¿no? 😉
Bromas aparte, esta receta es una delicia, pero deberéis comerla con moderación porque es una pequeña bombita calórica. ¡Justo lo mejor para esta época del año en la que todos quieren hacer dieta! Jajaja, pero tranquilos, el próximo plato sí que es de dieta, así que compensaremos.

Vamos allá con los ingredientes para preparar 16 croquetitas como las de la foto:

Para las croquetas:

  • 10 gr de boletus deshidratados
  • 250 ml de leche
  • 70 gr de cebolla dulce, limpia
  • 50 gr de mantequilla
  • 25 gr de harina + harina extra para el rebozado
  • Sal
  • 1 huevo
  • Pan rallado

Para la mermelada de piquillos:

Para prepararlo, lo primero que haremos será coger un bol y poner en él la leche con los boletus, para que se vayan hidratando. Tendrán que estar un mínimo de 15 minutos, pero podéis dejarlo más tiempo. Si optáis por esto último, tapad el recipiente y guardarlo en la nevera para evitar que la leche se agrie.

Mientras las setas se remojan, lo que haremos será picar la cebolla lo más finamente posible que podamos y reservarla. Pesaremos el resto de los ingredientes de las croquetas y, cuando las setas estén hidratadas, podremos empezar a cocinar.

Pondremos al fuego, al 50% de potencia, un cazo con la mantequilla. Cuando ésta se haya derretido, añadiremos la cebolla y rehogaremos durante 6 minutos, removiendo de vez en cuando. Este tiempo lo aprovecharemos para escurrir bien las setas y picarlas; y también para colar parte de la leche en la que los boletus se han estado hidratando. Digo parte porque esta es una de las partes más delicadas de la receta. A menudo las setas deshidratadas traen arenilla y debemos evitar por todos los medios que ésta entre a formar parte de nuestra receta.

Así que, en este caso, lo que haremos, será no mover el bol (para no agitar la leche y que se remueva el contenido, pues la arenilla se habrá depositado en el fondo si le hemos dado el tiempo suficiente) e ir sacando de él la leche con ayuda de un cacito. La pasamos por el colador y la dejamos en el vaso medidor, hasta que tengamos 200 ml (es decir, tendremos que descartar 50ml).

Cuando terminemos esta operación, seguramente ya hayan pasado los 6 minutos de la cebolla, así que añadiremos los boletus picados y rehogaremos durante 2 minutos más. Tras ello, añadiremos la harina y dejaremos que se cocine durante un minuto, justo el tiempo que emplearemos para calentar ligeramente los 200 ml de leche en el microondas. Cuando tengamos la leche caliente, la iremos añadiendo poco a poco al cazo sin dejar de remover.

Cuando ya tengamos toda la leche incorporada, añadiremos sal al gusto y seguiremos cocinando sin dejar de remover 3 minutos más. Pasado este tiempo, apagamos el fuego y dejamos enfriar un par de minutos el contenido del cazo. En esta ocasión, como hemos picado la cebolla y las setas finamente, tenemos la opción de no triturar la masa con la batidora, pero a mí siempre me gusta darle un pequeño toque con ella para que los sabores se integren mejor. Os dejo libertad en este punto, jejeje, lo que más os guste a vosotros.

Hecho esto, pasaremos la mezcla a una bandeja (preferiblemente de cristal) que taparemos y meteremos en el frigorífico (o en el congelador si las vamos a “liar” inmediatamente).
Llegados a este punto, mientras se enfría la pasta, vamos a preparar la mermelada de piquillos. Para ello, picaremos finamente los pimientos y quitaremos las posibles semillas que pueda haber. Los pondremos en un cazo, junto con la cucharada de líquido de conserva, las dos cucharadas de agua y los 25 gr de azúcar. Pondremos el cazo al fuego, al 50% de potencia, y cocinaremos durante 12 minutos, removiendo de vez en cuando. Pasados los 12 minutos, apagamos el fuego, trituramos ligeramente con la batidora y reservamos hasta el momento de servir.

Ahora ha llegado el momento de “liar” las croquetas. Ya os expliqué como hacerlo en la receta de croquetas de calabaza, pero para facilitar la tarea, os recomiendo que el primer paso (dar forma a las croquetas) utilicemos la técnica de las quenelles que aprendimos para presentar el paté de perdiz. Os refresco la memoria: coged dos cucharillas de postre y coged una porción de pasta e idla pasando de una a otra con movimientos giratorios y presionando ligeramente con cada paso hasta que nos quede la forma deseada. Tras ello, las dejaremos caer en el plato de la harina, cubriéndolas ligeramente y retirando la cantidad de harina sobrante (la que no se quede adherida). Después pasamos por el huevo batido y por último por pan rallado. Repetiremos la operación hasta terminar con toda la pasta.

Pues bien. Ya sólo nos queda freírlas en abundante aceite; volteándolas a menudo para evitar que se abran. Cuando estén doradas, las sacamos del aceite a un plato cubierto con papel de cocina para retirar el exceso de aceite y después las servimos en un plato, junto a un recipiente en el que habremos puesto algo de mermelada de pimientos del piquillos y… ¡a disfrutar!

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116. Pimientos rellenos de Ternera, Senderillas y Piñones (27 min)

Continuamos con nuestra racha carnívora aprovechando nuestro pedacito de redondo de ternera para preparar este fantástico plato. Soy “súper fan” de los pimientos del piquillo, pero siempre solía hacerlos al horno, hasta que un día en una vinoteca de Majadahonda llamada La Abadía, los probé rebozados por primera vez. ¡Qué gusto da cuando te abren los ojos gastronómicamente hacia nuevas posibilidades de recetas! Pues bien, hoy os presento esta creación, recién salida de mi “taller” que os recomiendo que, al igual que en La Abadía, la maridéis con un buen vino.

Vamos allá con los ingredientes (para 6 pimientos):

  • 200 gr de redondo de ternera (del que dejamos reservado tras preparar el Vitello Tonato).
  • 8 gr de piñones (de los que habíamos empezado para preparar la guarnición de la Perdiz con Mole).
  • 65 gr de cebolla, limpia.
  • 4 gr de senderillas deshidratadas (si vais a comprar setas deshidratadas, comprad también boletus o ceps deshidratados, que en breve os voy a presentar una receta con esta otra variedad).
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • 6 pimientos del piquillo enteros en conserva (si podéis comprar una lata que tenga alguno más, mejor, pues también usaremos los sobrantes para la próxima receta).
  • 1 huevo
  • Sal
  • Pimienta Negra
  • Harina
  • Aceite extra para freír.

Para preparar nuestra receta, lo primero que debemos hacer es poner a hidratar las setas en una taza pequeña llena de agua tibia. Tras ello, sacaremos los pimientos que vamos a utilizar de la lata y el resto los conservaremos en la nevera con el líquido de la propia conserva. Tras ello, llegará el turno de picar la cebolla y dejarla reservada y, por último, de tostar ligeramente los piñones en una sartén sin nada de aceite y picarlos un poco (cuando ya no quemen, jejejeje). Con todo esto, ya tenemos nuestro “mise en place” y podremos arrancar con la parte “seria” de la receta. ¡Vamos allá!

Pondremos a calentar ahora una sartén pequeña, con las 3 cucharadas de aceite, al 50% de potencia. Cuando el aceite se haya templado, añadiremos la cebolla y rehogaremos durante 7 minutos, removiendo de vez en cuando. Al mismo tiempo, y cuando las setas se hayan hidratado, las escurriremos bien y las picaremos groseramente, para añadirlas a la sartén cuando hayan pasado los 7 minutos que comentábamos. Rehogamos dos minutos más, apagamos el fuego y dejamos reposar unos minutos.

Estos minutos los emplearemos para picar la carne. Cortaremos nuestra pieza en tiras finas y luego las meteremos en el accesorio picador de la batidora junto con un poco de sal y pimienta negra recién molida, para terminar de picarla. Cuando la tengamos, la pasamos a un bol y le añadimos el contenido de la sartén y los piñones.

Ya casi tenemos listo el relleno, así que vamos a ir preparando un par de platos para el rebozado. Uno de ellos lo pondremos con un poco de harina y el otro con la clara del huevo y media yema. ¡Media yema! (me diréis) Pues sí, porque justo media yema es lo que necesitamos para añadir a la carne (si la añadimos toda, para esta cantidad de carne, se nos va a licuar demasiado). ¿Cómo hacerlo? Pues separáis la clara de la yema con las manos, dejando la yema en el cuenco de la mano y dejando la clara escurrir entre los dedos y luego “pinchamos” con el pulgar la yema para vaciar la mitad y añadirla a la carne y la otra mitad al plato de la clara, que batiremos para usarlo en el rebozado.

Mezclamos bien el cuenco de la carne con las manos. Nos las lavamos 😉 y pasamos a rellenar los pimientos, apretando suavemente el contenido. Cuando los tengamos rellenos, ponemos una sartén con abundante aceite a calentar, al 60% de potencia. Y mientras el aceite se calienta vamos pasando los pimientos por harina (que lo cubra por todos los lados pero no nos queden “pegotes” y luego por huevo. Nos aseguramos de que el aceite está caliente echando en él un pelín de huevo y, cuando burbujee, es el momento de introducir en él los pimientos. Los freiremos aproximadamente un minuto por cada lado. Los sacaremos a un plato forrado con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite y ¡listo!

Os van a encantar!! Y si no, contádmelo 😉

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