A este plato lo he llamado falso falafel porque realmente no sigue la receta tradicional árabe, pero sí que se aproxima mucho en sabor y textura a este fabuloso entrante. Una de las principales diferencias con la receta clásica es que nosotros usaremos los últimos garbanzos cocidos que nos faltaban por cocinar, mientras que la receta clásica usa los garbanzos solamente remojados (12-24h). Otro día nos atreveremos con la receta clásica, pero vamos a empezar hoy por esta que es un poco más sencilla y con ingredientes que podéis conseguir fácilmente.
Para preparar 6 bocaditos de falso falafel necesitaréis:
- 170 gr de garbanzos cocidos (de los que cocimos para la receta del hummus y para el Guiso de Langostinos y Garbanzos. Si no los tenéis cocidos, en la receta del hummus podéis ver cómo hacer este paso PREVIO. También podéis optar, si preferís, por garbanzos en conserva).
- 1 cucharadita de pasta de sésamo o tahine (de la que habíamos usado para el paté de berenjena y el hummus)
- 30 gr de cebolla
- ½ diente de ajo
- 1 cucharadita de perejil fresco picado
- ½ cucharadita, de las de moka, de pimentón picante
- ½ cucharadita, de las de moka, de cominos molidos
- 1/3 cucharadita, de las de moka, de canela molida.
- 1 huevo, harina, pan rallado y aceite para rebozar y freír.
Para la salsa:
- Un yogur griego
- ½ diente de ajo (el otro medio que no hemos gastado para el falafel 😉 )
- 5 gr de cebolla
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 cucharada de mahonesa.
- Una pizca de sal.
- 1 pizca de perejil fresco picado para decorar.
Para preparar nuestro plato, lo primero que tenemos que hacer es poner los garbanzos cocidos en un bol y machacarlos bien con ayuda de un tenedor hasta formar una pasta. No importará mucho que queden algunos trocitos de garbanzo; esto le dará alegría al plato.
A continuación, lo que haremos será picar lo más finamente posible la cebolla, el ajo y el perejil. Reservamos una parte de éstos para la salsa y el resto lo echamos en el bol con los garbanzos. Tras ello, añadiremos las especias (canela, comino y pimentón), el tahine, un poco de sal y removemos bien hasta tener una mezcla homogénea, que guardaremos en el frigorífico hasta el momento de freír.
Pasaremos ahora a preparar la salsa. Es muy fácil. Sólo tenéis que poner en el vaso de la batidora todos los ingredientes menos el perejil, batimos, probamos de sazón y corregimos si es necesario. La vertemos en el recipiente donde la vayamos a servir y espolvoreamos con el perejil picado. Si no se va a consumir inmediatamente, taparla y meterla en la nevera.
Pues bien, ya casi hemos terminado. Ahora nos toca sacar de la nevera nuestra pasta de garbanzos, con la que conformaremos nuestros bocaditos en forma de hamburguesas. Los pasamos por harina, huevo y pan rallado para rebozarlos. Una vez listos, los freiremos en una sartén con abundante aceite de oliva, al 70% de potencia, unos 30-40 segundos por cada lado. Tened cuidado al darles la vuelta para que no se abran. Cuando estén listas, las sacamos a un plato cubierto con papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. Por último, emplatamos y servimos acompañados de la salsa de yogur y, si queréis, el último pan de pita que os haya quedado después del hummus y la pita noruega . Y… ¡¡a disfrutar!!