73. Pita Noruega de Salmón (8 min)

Este fin de semana nos ha sorprendido el calor y desde luego sólo apetecen cosas frescas y fáciles de preparar. Esto no va a ser problema porque tenemos salmón ahumado, queso de untar… y ¡un poco de imaginación! Vamos a preparar con él esta fantástica pita, otra forma de “comida rápida” que desde luego me encanta. Espero que os guste a vosotros también.

Vamos allá con los ingredientes necesarios para nuestra pita:

  • 50 gr de salmón ahumado (lo que nos sobró tras preparar los crepes de espárragos).
  • 40 gr de queso philadelphia (del que nos sobró también tras preparar los crepes y los rollitos de jamón)
  • 10 gr de lechuga
  • 10 gr de pepinillos
  • 5 gr de cebolleta o cebolla
  • 8 gr de mahonesa
  • 1 pan de pita

Pues si ya tenemos todos los ingredientes, lo que haremos primero será hacer la pita en el horno o el tostador, siguiendo las instrucciones del fabricante y dejarlo enfriar mientras preparamos el resto.
Por otro lado, lavamos y secamos bien las hojas de lechuga y reservamos.
Tras ello, lo que haremos será picar el pepinillo y la cebolleta finamente y echarlos en un bol, donde echaremos también la mahonesa y el queso; y lo removeremos bien hasta tener una mezcla bien integrada.
Y ya casi hemos terminado, sólo tenemos que abrir el pan de pita, rellenarlo con esta mezcla, poner el salmón por encima de la mezcla y coronarlo con la lechuga. Lo cerramos con la tapa superior del pan y ¡¡¡a comer!!! Ummmm. Fácil y rico, la combinación perfecta!!!

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71. Crepes de Espárragos Trigueros y Salmón Ahumado (10 min + 30 de refrigeración)

Hoy seguiremos dando cuenta de los espárragos que nos quedan (alguno ha caído directamente a la plancha) con este caprichito. Es una de mis recetas favoritas para cualquier hora del día, pero os lo recomiendo encarecidamente si algún día decidís homenajearos (u homenajear) con un brunch. Lo más complicado de la receta es preparar los crepes, y esto, ya veréis, no tiene ningún misterio.
Aquí van los ingredientes que necesitaréis para preparar 3 mini-crepes como los de la foto:

Para la masa de crepe:

  • 1 huevo
  • 125 gr de harina
  • 250 ml de leche
  • 1 pizca de sal

Para el relleno:

Lo primero que tenemos que hacer para preparar los crepes es preparar la masa. Para ello, metemos en el vaso de la batidora el huevo, la harina, la leche y la sal y batimos bien hasta tener una mezcla homogénea. Cuando lo tengamos, tapamos el vaso con film y lo metemos en la nevera durante media hora.
Durante este tiempo, podemos aprovechar para hacer muchas cosas, ya que nu

estra única misión será limpiar y secar bien los espárragos. Nos quedaremos sólo con la parte más fresca y más tierna, cosa que conseguiremos cogiendo un extremo del espárrago con cada mano y doblándolo hasta que se quiebre. Desecharemos la parte del final y nos quedamos con la parte de la yema, que será la más crujiente y sabrosa.
Cuando hayamos hecho esto con todos los espárragos, los cocinaremos a la plancha en una sartén con una cucharada de aceite, al 60% de potencia, durante 5 minutos. Les debemos dar la vuelta a menudo para que queden bien doraditos por todos los lados. Cuando los tengamos, retiramos del fuego y los reservamos.

Ahora (si ya ha pasado la media hora de refrigeración que necesitábamos) ya ha llegado el momento de la verdad. ¡¡Nos toca cocinar los crepes!! Tenemos masa de sobra para hacer como unos 12-14 crepes, así que no os preocupéis si alguno se os estropea. Para hacerlos de un tamaño adecuado al resto de las cantidades, yo usé en esta ocasión la sartén antiadherente más pequeñita que tengo, de 18 cm de diámetro. La ponemos al fuego, al 50% de potencia y, cuando esté caliente, la retiramos y echamos 2 cucharadas de mezcla de crepe en la sartén. La extendemos bien con ayuda del revés de la propia cuchara por toda la superficie de la sartén y la ponemos de nuevo sobre el fuego. La deberemos tener así durante unos 45 segundos, o hasta que veamos que se empieza a despegar del fondo. En este punto, lo separamos desde el borde con cuidado y le damos media vuelta, para tenerlo otros 40 segundos de cocción. Ahora, con un “movimiento de brío” lo sacamos del fuego a un plato volteándolo de nuevo, para que la parte más caliente nos quede hacia arriba y se enfríe “con libertad” sin generar vapor que nos añadiría humedad al crepe. Si no os veis muy valientes para estos movimientos… también lo podéis hacer con cuidado, jejeje. Pero como tenemos masa de sobra, podemos hacerlo más divertido.

Pues bien, repetiremos la operación de la cocción del crepe hasta tener por lo menos 3 crepes bonitos. Pero si no estáis cansados y vais con tiempo, yo cocinaría al menos otros 3 o cuatro más pues, si lo guardáis en un tupper, los podréis consumir al día siguiente sin problemas, con esta misma receta o con vuestros rellenos salados o dulces favoritos…

Pero bueno, no fantaseemos con futuras comidas y centrémonos en terminar con la que tenemos entre manos. Cogeremos ahora tres de los crepes que hemos preparado y, sobre el fondo de cada uno de ellos, pondremos una fina capa de salmón ahumado (repartiendo los 50 gr a partes iguales). Sobre el salmón pondremos, sin extenderlo mucho, 15 gr de queso philadelphia en cada crepe y por último, en el centro de cada uno de ellos, tres espárragos a la plancha. Enrollamos bien, emplatamos y decoramos con cebollino picado por encima y… ¡¡¡A disfrutar!!!

Está feo que lo diga yo, pero ¡¡están buenísimos!!

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62. Sándwiches Vegetales con Atún (15 min)

Esta receta fácil, rapidísima y súper jugosa me la enseñó mi abuela Chon. Ella suele preparar estos sándwiches en grandes cantidades para usarlos como entrante en fiestas o reuniones y… ¡siempre son un éxito! Yo lo he comprobado también a menudo en mis merendolas, habiendo encontrado en mi amiga Chus a una de las mayores fans de este plato 😉

Hoy comparto con vosotros este pequeño secreto, dedicándosela especialmente a ellas dos (se ve que esta receta va de “ch-es”… )

Os cuento los ingredientes que vais a necesitar para preparar cada sándwich, pues recordad que siempre hablamos de cantidades para una persona sóla, pero si queréis ampliar las cantidades, sólo tendréis que multiplicar:

Cuando tengamos todos los ingredientes, lo primero que haremos es lavar y secar muy bien la lechuga. Tras ello, la cortaremos en tiritas finas (juliana) y las reservaremos en un bol, añadiéndole ahora una pizca de sal, pues es el ingrediente más “soso” del sándwich.

Después, picaremos en cubitos pequeños el pepinillo y lo añadiremos también al bol, junto con el atún bien escurrido de su aceite. Añadimos la mayonesa y mezclamos muy bien hasta que nos quede una mezcla uniforme. Con esta mezcla, rellenaremos el sándwich y lo cortaremos en 4 triangulitos para darle una mejor presentación. Y… ¡ya lo tenemos! Fácil, ¿eh? Ahora… ¡¡a disfrutarlo!!

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43. Canapés de Jamón con Huevo de Codorniz (12 min)

No nos olvidemos de que nos quedan en la nevera unos cuantos huevos de codorniz que ya utilizamos para la sopa castellana!! Antes de que se echen a perder podemos aprovecharlos en unas recetas estupendas que son las que nos ocuparán estos días. La de hoy, concretamente, la conocí al ponerse de moda en los coctails de los banquetes de boda. La verdad es que me pareció un invento estupendo, pues supone una explosión de sabor en la boca. Ummm!!! Me encanta! Espero que a vosotros os gusten también y disfrutéis así del vaciado de la nevera, jejeje.

Para preparar 4 tostas como las de la foto (suficiente para una cenita) necesitaréis:

  • 4 huevos de codorniz (como os decía, de los que empezamos con la sopita castellana)
  • 1 tomate (60 gr aprox)
  • ¼ de diente de ajo
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra + algo más para freir los huevos
  • 10 gr de pan, que tenga bastante miga
  • 1 cucharadita de vinagre de jerez
  • 60 gr de jamón del bueno, en lascas (yo os lo pongo en negrita, porque me sigue quedando algo de la paletilla ibérica de Navidad, que ya gastara para la Ensalada Ibérica de Escarola).
  • 4 rebanadas de pan

Preparar los canapés es muy sencillo (o no tanto según mi amigo Campillo, para la parte de freir los huevos, pero no nos adelantemos…). Lo primero que tenéis que hacer es tostar las rebanadas de pan y reservarlas.

Justo después, en el vaso de la batidora meteréis el tomate pelado, el pan restante, el ajo, la cucharada de aceite, la cucharadita de vinagre y algo de sal (más o menos dependiendo de lo salado que esté el jamón). Lo batimos y obtendremos una especie de salmorejo rápido, que podemos ir sirviendo encima de las tostadas y sobre él ir poniendo las lascas de jamón.

Por otro lado, tenemos que poner una sartén pequeña, con un fondo de 0,5 cm de aceite de oliva a calentar, al 60% de la potencia. Esperamos 1 minuto más o menos, hasta que el aceite empiece a humear ligeramente. Entre tanto, cortamos la cascara de los huevos como os enseñé cuando hicimos la sopa (hacemos un corte transversal, con un cuchillo de sierra, suficiente para introducir las uñas y terminar de abrir el huevo). Llegados a este punto, ya tendremos el aceite caliente, así que terminamos de abrir los huevos ya sobre la sartén. Yo os recomiendo que, salvo que estéis muy experimentados en la fritura de los huevos, no metáis más de dos a un tiempo, pues, ya varias universidades de prestigio advierten que el ser humano por defecto no está preparado para atender a más de dos cosas a la vez 😉

Fuera de bromas, esa es mi recomendación, al igual que os recomiendo lo que me dijo mi amigo Campillo (ahora sí), que es buena idea salpicar ligeramente los huevos con el mismo aceite de la sartén con ayuda de una cucharita o de la propia rasera. Cuando estén en su punto (como los de la foto), los sacamos con cuidado con una rasera plana, dejamos que escurra un poco el aceite y los colocamos directamente sobre el canapé, añadiéndole una pizca de sal sobre la yema para terminar. Repetimos la operación con los otros dos huevos que nos faltan, emplatamos y ¡devoramos antes de que se enfríen!

¡Bon appetit!

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31. Dip de Queso Azul con Crudités de Brécol (10 min)

Ya que hemos comprado yogures griegos para la crema de remolacha, vamos a aprender a darles en estos días un buen uso a las 3 unidades que aún nos quedan; yendo un poco más allá de lo que puede ser echarle azúcar y tomarlos de postre 😉

En concreto, esta receta me encanta para cuando tienes una cenita en casa y poco tiempo para dedicarle a la cocina; pues es sabrosa, elegante y no da nada de trabajo. Eso sí, aseguraos primero de que a vuestro “público” le guste el queso azul y las crudités (verduras crudas); no vayáis a darles un disgusto.

Por el momento, como estamos hablando de hacer comida para uno, nos valdrá con que os guste a vosotros mismos. Os listo los ingredientes para una persona (aunque con ellas a mi me ha dado para dos veces):

  • 1 yogur griego natural (125 gr)
  • 65 gr de queso cabrales (de hoja. Yo compré marca La Fueya. Si no enlazáis con otras recetas, comprar sólo esta cantidad al corte en una charcutería tradicional –pedid una cuña lo más pequeña posible y más o menos pesará esto-)
  • 100 gr de ramitas de brécol (ya limpio como os indico un poco más abajo)

La elaboración es lo más fácil del mundo. Laváis bien el brécol y lo separáis en ramitas de un tamaño adecuado como para tomarlas de un solo bocado. Lo secamos bien y reservamos.

En un bol, echamos el yogur y casi todo el queso, apartando las hojas (yo, al menos, no me las como) y unos granitos de queso para decorar. Ayudándonos de un tenedor, vamos espachurrando el contenido del bol y mezclándolo, para deshacer los grumos de queso y que nos quede una pasta bien ligada.

Cuando ya no quede ningún grumo (bueno, si os gusta con trocitos, dejad alguno), lo servimos en un cuenco y decoramos con los granitos reservados. Acompañamos el cuenco de un platito con las ramitas de brécol. ¡Y a dipear!

 Nota: A esta mezcla de yogur también le va muy bien la endivia, por lo que podréis combinar las crudités de brécol con unas hojas de endivia para dipear.

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22. Sandwich de Queso Azul, Nueces y Pasas al Ron (10 min + remojo)

No nos viene mal, después del plato de ayer, comer algo de verde para aligerar y preparar además un plato un poco más sencillo. Por ello he pensado en hacer este sándwich, inspirado nuevamente en los sandwich rodilla (esta vez mi favorito), con el que aprovecharemos parte del queso azul (gorgonzola) que nos sobró ayer después del risotto y el philadelphia que empezamos en la carbonara.

Este sándwich lleva además algo de rúcula, un ingrediente un poco “peligroso” porque, aunque lo usaremos en tres recetas próximamente, lo haremos en cantidades pequeñas por su sabor fuerte. Por este motivo y por lo poco que tarda en caducar (en 3-4 días después de abierta la bolsa ya toma un sabor demasiado fuerte) es posible que la rúcula sea uno de los primeros ingredientes que nos gane la partida que da nombre al blog… Pero no nos pongamos tristes, jejeje, vamos a ponernos manos a la obra y veréis que aunque nos sobren unas pocas horas, merecerá la pena 😉

Os listo los ingredientes a utilizar:

  • 30gr de gorgonzola
  • 65 gr de philadelphia
  • 10 gr de pasas
  • 15 gr de un buen ron añejo (yo usé Matusalen 7)
  • 10 gr de nueces
  • 10 gr de rúcula
  • 2 rebanadas de pan de molde

Ponemos las pasas en una tacita o vaso de chupito y las cubrimos con el ron (la cantidad de ron que necesitéis puede variar, pero el caso es que tenéis echar ron hasta cubrir las pasas). Dejamos en remojo unos 20-30 min.

Pasado este tiempo, escurrimos las pasas bien y las ponemos en el accesorio picador de la batidora junto con el queso philadelphia, el gorgonzola y la mitad de las nueces. Picamos hasta obtener una masa homogénea pero en la que aún se vean trocitos de ingredientes enteros. Añadimos ahora el resto de las nueces y removemos bien. Con esta pasta, untar una de las rebanadas de pan para rellenar el sándwich. Poner la rúcula sobre la pasta y cerrarlo con la otra rebanada. Cortar, si se desea, emplatar y ¡¡a comer!!

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