152. Couscous con “flor” de Brécol (7 minutos)

En estos días que no hemos estado hablando me he marcado con parte del brécol que compramos para nuestra última receta un Wok de Brócoli y Langostinos con Salsa de Ostras, una receta que hicimos ya hace tiempo y la verdad es que me encanta. Son de esas recetas de las que tienes antojo de vez en cuando. Por cierto, que tras esa receta he congelado las cáscaras y las cabezas de los langostinos para hacer un caldito un poco más adelante. Os invito a hacer lo mismo.

Volviendo al presente, después de hacer el wok, me seguían sobrando unos ramilletes de brécol, con lo que ideé para terminar de consumirlos la receta que traemos hoy. Es una de las más rápidas que hemos hecho desde hace mucho tiempo y la verdad es que puede llegar a compararse en velocidad con el sándwich mixto! Jejeje. Así que me encanta! Tanto como acompañamiento como constituyendo un plato único creo que os gustará.

Aquí va la lista de ingredientes para una ración (yo lo tomé de plato único, pero la verdad es que soy prudente comiendo, jeje):

  • 80 gr de couscous, pesados en seco
  • 140 ml de un buen caldo de verduras (yo usé un poco de caldo Aneto que tenía congelado).
  • 1 cucharadita de perejil picado
  • 1 cucharadita, de las de moka, de zumo de limón
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • 1 pizca de sal (opcional, dependerá de lo salado que sea nuestro caldo de verduras).
  • 20 gr de “flores” de brécol (del brécol que nos sobró tras preparar nuestros orecchietti con brócoli y avellanas).

¿Que qué son las “flores” de brécol? Pues justo el nombre que se me ha ocurrido darle a la parte más superficial del ramillete de brécol. Si lo miráis de cerca, veréis que la parte más verde está formada por unas bolitas que es la parte que estamos buscando. Las cortaremos con el cuchillo a ras del propio pie de la bolita o de la flor; porque lo que buscamos es jugar con las texturas y aprovechar que tanto estas bolitas como el couscous tienen un tamaño muy parecido. Os dejo una foto de mis flores al terminar de pesarlas, para mayor aclaración, pero ya sabéis que, si tenéis dudas, podéis preguntarme con total libertad. ¡Para eso están los comentarios!
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Una vez tengamos cortadas y pesadas las flores y dispuestas junto al resto de ingredientes ya habremos hecho lo más difícil de la receta! Ahora ya, lo que tenemos que hacer es poner el caldo en un cazo a calentar a fuego fuerte (al 70-80%) y al mismo tiempo vertemos en él las bolitas de brécol. Tan pronto como el caldo empiece a hervir (tardará poco porque es muy poca cantidad de caldo), verteremos el conjunto sobre nuestros couscous (que habremos dispuesto previamente en un bol) y dejamos reposar dos minutos. Tras ello, añadimos el zumo de limón y el aceite de oliva y removemos con un tenedor, dejando reposar el conjunto otros dos minutos.

Pasado este tiempo, probamos de sal y corregimos si es necesario. Añadimos el perejil picado, removemos y servimos, aún templado. Y ¡listo! Fácil, ¿verdad? Pues de vez en cuando tenemos que ponérnoslo así, que nos lo hemos ganado.

Por cierto, esta receta hoy la hemos tomado templada, pero es una receta excelente también para tomar en frío. Para este caso, os recomiendo echarle un poco más de zumo de limón, que le dará fresco. Esta versión puede funcionar estupendamente como ensalada en un picnic (ains, cómo echo de menos el calorcito!!).

¡Un abrazo!

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70. Crema Bicolor de Espárragos (20 min)

Como dice mi amiga Iassaka esta receta sí que es un espectáculo, no sólo por la presentación, que nos puede dar mucho juego (haciendo distintos dibujos con las cremas o incluso poniéndola en vasitos), sino por el saborazo y la textura que tiene. Siempre os invito a probar todas las recetas, pero especialmente en este caso no deberíais pasar por alto esta recomendación… Como se dice ahora, es un “must” 😉 Eso sí, esta receta va a poner a prueba vuestra capacidad para hacer dos cosas a la vez… ¿Quién se atreve?
Os cuento, sin entretenerme más, los ingredientes que necesitamos para cada ración:

Para la crema blanca:

  • 24 gr de cebolla limpia
  • 30 gr de nabo
  • 90 gr de espárragos blancos en conserva
  • 20 cl de nata (de la que nos ha sobrado tras preparar las cintas con calabaza)
  • 5 cl de agua
  • 10 gr de mantequilla
  • Sal

Para la crema verde:

  • 64 gr de espárragos trigueros
  • 10 gr de mantequilla
  • 10 gr de miga de pan candeal
  • 15 cl de un buen caldo de verduras (lo que sobre, congeladlo en raciones como hemos hecho otras veces)
  • Sal

Bien, pues ahora que lo tenemos todo, lo primero que tenemos que hacer es cortar la cebolla en juliana y el nabo en tacos por un lado y, por otro, cortar los espárragos verdes en rodajitas, dejando, eso sí, las yemas enteras. Cuando lo tengamos listo, pondremos dos cazuelas al fuego, al 60% de potencia, y en cada uno de ellos echaremos 10 gr de mantequilla para que se vaya derritiendo. Cuando esté templada, en la primera cazuela echaremos la cebolla en juliana y en el segundo, echaremos las rodajitas de espárragos verdes (menos las yemas). Rehogamos estos ingredientes en ambos cazuelas durante 2 minutos y, pasado este tiempo, añadimos el nabo al cazo de la cebolla y las yemas de espárragos verdes en el de los espárragos. Rehogamos el contenido de ambas cazuelas, removiendo de vez en cuando, durante 7 minutos más.

Pasado este tiempo, vamos a añadir a la cazuela del nabo y la cebolla, los espárragos blancos y la sal. A la “cazuela verde” le añadiremos la sal y sacaremos 2-3 yemas que reservaremos para decorar. Rehogamos otro minuto más el contenido de ambas cazuelas y ahora añadiremos los ingredientes líquidos. A la cazuela blanca, le vamos a añadir la nata y el agua. A la cazuela verde, le añadiremos el caldo y la miga de pan, y coceremos el contenido de ambas cazuelas durante 3 minutos más.
Ahora, ya tenemos casi todo listo, sólo tendremos que apagar el fuego y triturar con la batidora el contenido de cada cazuela hasta obtener una crema fina de cada una de ellas. Probamos de sazón y corregimos si es necesario.
Pues bien, ya sólo nos queda emplatar. Para conseguir el resultado de la foto, sólo tenemos que poner la crema blanca en nuestra sopera y tras ello, verter la crema verde justo en el centro. Con ayuda de un palillo, “rallaremos” la superficie con él con movimientos radiales desde el centro de la sopera hacia afuera, para conformar los “rayos” del sol. Con este mismo método, podemos hacer los dibujos que queramos. ¡Sólo hace falta practicar! Por último, colocaremos sobre la superficie de la crema las yemas de espárrago verde que habíamos reservado y…

¡a disfrutar del homenaje! Ya me diréis si os gusta.

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50. Arroz Campero con Habas e Ibérico (23 min)

Hoy tenemos la misión de terminar de gastar las habas que habíamos comprado y qué mejor manera que preparando este arroz campero. Lo llamo campero por dos motivos: en primer lugar porque tiene tan pocos ingredientes que sería muy fácil preparar un kit para poder prepararlo en cualquier parte (¡ojo, recordar que en el campo no se puede hacer fuego! Tenéis que acudir a la casa de algún amigo o familiar) y en segundo lugar, porque es un arroz lo suficientemente contundente como para hacer necesario un paseo previo o posterior para que esta delicia no nos “pese”. Pero es que está taaaaan rico!!! Jejeje.

Os cuento lo que necesitamos para preparar una ración:

  • 140 gr de habas enteras (las que sobraron tras preparar el edamame)
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 diente de ajo pequeño
  • 100 gr de filetes de aguja de cerdo ibérico (bien veteados).
  • 1 cucharadita de carne de pimiento choricero en conserva.
  • 70 gr de arroz bomba (unos 60 ml en volumen)
  • 150 ml de caldo de verduras (teníamos en el congelador tras preparar las bolitas de arroz con brócoli y la crema de remolacha)

Para prepararlo, vamos a utilizar una sartén de 20 cm de diámetro, así que rebuscad entre vuestro menaje a ver si tenéis una más o menos de este tamaño.

Cuando la tengáis localizada, el siguiente paso es pelar el diente de ajo y picarlo finamente. Y tras ello abriremos las vainas de las habas y nos quedaremos en este caso sólo con las semillas (lo que se suele llamar habitas), que una vez desgranadas, se quedarán aproximadamente en 30 gr. Cortamos también los filetes en taquitos y reservamos cada cosa por su lado.

Hecho esto, ponemos la sartén al fuego al 60% de potencia con el aceite, y cuando empiece a calentar añadiremos las habas. Un minuto después, añadimos el ajo picado y los filetes, rehogándolo todo durante otros 2 minutos. Ahora es el turno de la carne de pimiento choricero, la añadimos, removemos bien, y cuando esté integrada le añadimos el arroz, dándole unas vueltas para que coja bien el sabor del sofrito. Añadimos ahora el caldo y mantenemos el fuego en esta potencia durante 7 minutos, pasado este tiempo, removemos el arroz una vez para ayudar a que se haga de manera uniforme, bajamos el fuego al 50% de potencia y lo mantenemos así 10 minutos más (o hasta que veamos que el arroz está en su punto y se ha absorbido el caldo). Apagamos el fuego, dejamos reposar unos minutos en la sartén y servimos. ¡¡¡Y a disfrutar!!!

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32. Bolitas de arroz con brócoli y jamón (43 min)

Esta receta nos servirá para seguir gastando la pieza de brécol que compramos anteayer y resulta ideal para engañar a los niños y animarles a probar verdura camuflada. Estas bolitas les resultarán divertidas por tener formato de croqueta y, al tener jamón york, no dejará de sonarles familiar y les gustará.

Para casos como el mío, como el de muchos otros singles, esto no es una ventaja añadida al plato, porque cuando uno lo cocina… por mucho que quiera engañarse, sabe lo que le ha echado 😉

Jejeje, otra vez me estoy alargando, y hoy precisamente no interesa que tenemos tarea por delante. Os listo los ingredientes para hacer 12 bolitas como las de la foto. Esto es una cantidad, si es para una persona, como para dos veces. Yo las reservé empanadas y sin freir en la nevera dos días y aguantaron bien, pero no probé a congelarlas… quizá la próxima vez.

  • 20 gr de mantequilla (8 para el arroz y 12 para el salteado)
  • 100 gr de arroz bomba
  • 250 ml de caldo de verduras (yo usé los que había congelado después de hacer la crema de remolacha)
  • 40 gr de brócoli (del que empezamos ayer con el Dip)
  • 30 gr de jamón york en taquitos
  • 2 huevos (uno entero y del otro sólo la yema)
  • Pan rallado
  • Papel de horno

 Para preparar las bolitas, vamos a empezar primero por el arroz. De hecho os voy a enseñar un método que debéis tener presente para futuras recetas pues es la manera de, sin ser una paella, cocer el arroz con el caldo justo (para no tener que escurrirlo y perder sabor) y que todo tenga el punto adecuado (no quede duro lo de arriba y quemado lo de abajo): es el arroz pilaf.

Antes de empezar a cocinar el arroz, tenéis que cortar el papel de horno tal y como os muestro en este esquema. Cortáis un cuadrado, lo dobláis por la mitad juntando las esquinas opuestas (para que quede un triángulo) y así sucesivamente hasta tener un triangulito pequeño. Lo cortáis a la medida del cazo (ayudaos situando la punta del triángulo en el centro, tomando así la medida) y le cortáis después la punta para que quede otro circulito en el centro.

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Cuando lo tengáis, podemos empezar la tarea. Poner los 8 gr (1/3 aprox) de la mantequilla en el cazo y encender el fuego al 50% de potencia. Cuando se haya derretido, rehogar en ella el arroz 1 minuto, añadir el caldo y una pizca de sal y taparlo con el papel de horno como hemos hecho en la foto. Tomar nota del tiempo, pues desde que lo tapáis tenéis que contar 20 minutos de cocción.

Este tiempo nos servirá para cortar los taquitos de jamón york (2x2mm) y separar el brócoli, ya lavado, en ramitas muy pequeñas.  Cuando lo tengamos, ponemos en una sartén el resto de la mantequilla y ponemos al fuego, al 50% de potencia. Cuando se derrita añadimos el brécol primero y el jamón de york 1 minuto después. Lo rehogamos todo 3 minutos más, apagamos el fuego y reservamos el salteado en un bol.

Cuando hayan pasado ya los primeros 15 min del arroz, es bueno que vayáis sacudiendo el cazo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo. Y, cuando lleve ya 18 minutos, podéis aprovechar para comprobar el punto del arroz, sacando algunos granos con una cucharilla a través del agujero del centro. Cuando haya cogido el punto que queremos (hecho pero no demasiado blando) apagamos y retiramos del fuego. Si tenemos tiempo, es bueno dejarlo reposar un ratito así, para que termine de asentarse el arroz. Cuando se haya enfriado un poco, retiramos el papel y removemos el arroz enérgicamente con ayuda de una cuchara o un tenedor.

Llega ahora el momento de formar las bolitas!!! Pues bien, para ello, pondremos en un bol el arroz, el salteado de brécol y jamón y lo mezclamos bien. Probamos el punto de sal y corregimos si es necesario. Añadimos también la yema de huevo y mezclamos otro poco.

Abrimos también el otro huevo y lo batimos en un plato hondo, que nos servirá para empanar las bolitas.

Cuando tengamos la pasta de arroz bien integrada, comenzamos a formar bolitas. Si nuestra yema era demasiado grande, puede que la mezcla nos quede demasiado líquida y no nos sirva para hacer bolas. Si es el caso, podéis añadir dos cosas: o un poco de pan rallado o un poco de queso parmesano en polvo (si aún nos queda algo en la nevera, que no es mi caso, jejeje). De todos modos, os será muy útil tener a mano la aceitera y untaros las manos con un poco de aceite de oliva antes de hacer las bolitas para evitar que se os queden pegadas a las manos.

Cuando vayamos teniendo unas cuantas bolas hechas, las pasamos por el huevo batido y por pan rallado después, para que nos queden bien empanadas. Continuaremos la operación hasta acabar con toda la pasta de arroz.

Llegado este punto, lo dicho, las que no os vayáis a comer en el momento, taparlas bien y a la nevera, pero no tardéis más de dos días en gastarlas, ya que llevan huevo crudo y nos podemos “jugar el tipo” (pasa igual que con la mayonesa o cualquier otra elaboración con huevo crudo).

Ahora nos quedan ya las que nos vamos a tomar ahora. Pues bien, nos pondremos a freírlas, en aceite de oliva bien caliente (al 60% de potencia). Yo os recomiendo poner en una sartén pequeñita con bastante cantidad de aceite y freírlas en varias tandas si hace falta. De esta manera, se harán bien y sólo tendréis que darles media vuelta para terminar de freírlas. Con 1 minuto por cada lado será suficiente, pero si os gustan más tostaditas, pues dejarlas un poco más de tiempo. Cuando estén a vuestro gusto, las sacamos a un plato llano con un papel de cocina por encima para que absorba todo el aceite sobrante.

Por último, las emplatamos en la fuente o plato donde vayamos a tomar y ¡listo!

Nota: Como sugerencia, podéis incluir en la fuente un pequeño recipiente con salsa de soja; pues esta salsa acompaña muy bien con las bolitas y les da un toque más oriental. ¡Espero que os gusten!

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