Llamadme clásica o “ipster” que está más de moda, jejeje, pero estos últimos días tengo una afición terrible por los platos de siempre… Hoy le ha tocado el turno a la Pepitoria, un guiso preparado normalmente con carne de ave y al que se incorporan frutos secos picados (generalmente almendras) a la salsa para ayudar a trabarla. Normalmente también para ello se emplea yema de huevo, pero en nuestro guiso de hoy, no haremos ni una cosa ni la otra. Bueno, frutos secos sí, pero no almendras. ¡Pues vaya pepitoria vas a preparar entonces! … Me diréis… y no os quitaré la razón. Pero si no os ha conquistado ya por los ojos en la foto, tenéis que esperar a probarlo y os aseguro que os conquistará. Además, nos viene de perlas para seguir gastando zanahoria, que aún tenemos para un ratito.
Se me ocurrió prepararla tras ver en el mercado unos pimientos rojos italianos pequeños. Tenían el tamaño de un pimiento italiano verde normal, de los que utilizamos para freir normalmente, y suponían la ración justa para elaborar dos raciones de este plato. Así que lo eché a la bolsa (hay que ser valiente para comprar sólo un pimiento) y me acerqué a la pollería a por 4 muslitos… Ay, ¡¡que me estoy liando!! Os pongo los ingredientes para estas dos raciones en una lista, que si no no hay forma de ir haciendo el check:
- 50 gr de zanahorias (de las que quedan tras las albóndigas de Fuengirola, el arroz tres delicias y la ensaladilla rusa).
- 40 gr de piñones
- 60 gr de pimiento rojo
- 70 gr de cebolla
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 4 muslos de pollo
- Harina (2-3 cucharadas)
- 1 diente de ajo
- 2 cucharadas de brandy
- 200 ml de agua
- Sal
Para preparar esta receta, vamos a necesitar la olla exprés, así que si tenéis, irla desempolvando. Si no, pues luego os digo los tiempos aproximados para prepararlo en una cazuela normal.
Lo primero que tenéis que hacer es picar las verduras en brunoise, es decir, en cuadritos pequeños de unos 0,5 cm de lado. Picaremos así la cebolla, la zanahoria y el pimiento, para que nos queden como en esta foto, y los reservamos.
Por otro lado, cogemos la mitad de los piñones, los molemos con ayuda del accesorio picador de la batidora y los reservamos también. Picamos el diente de ajo finamente y lo reservamos junto a los piñones.
Cuanto tengamos listo todo lo anterior, ponemos la olla exprés al fuego, abierta, al 60% de potencia y le añadimos el aceite de oliva. Segundos después, dando un pequeño margen para que se empiece a calentar, añadimos la cebolla picada y rehogamos durante 5 minutos, removiendo de vez en cuando. Tras ello, añadimos la zanahoria y repetimos la operación durante 3 minutos más. Ahora incorporaremos el pimiento y rehogaremos durante otros 5 minutos, echando en último lugar el ajo, los piñones molidos y los piñones enteros, dándole unas vueltas durante otro minuto. Hecho esto, apartamos la olla del fuego y en su lugar prepararemos una sartén medianita con abundante aceite de oliva (al menos 1 cm de fondo). Mientras se calienta este aceite, rápidamente sazonamos los muslitos y los pasamos por harina para crear una capa protectora, aunque los sacudiremos después para retirar lo que pueda sobrar y que no nos ensucie mucho el aceite. Ponemos entonces los muslitos a freír, que tendremos unos 45 segundos por cada lado. Importante!! Para que no os acordéis mal de mí, usad una tapa encima de la sartén porque al preparar así el pollo tenemos mucho riesgo de que salte y nos pringue la cocina o incluso nos queme, cosa que no queremos. Así que, para prevenir, mejor ponerle la tapita y levantarla cuando llegue el turno de darle la vuelta.
Conforme vayan estando fritos los muslos, los vamos echando directamente a la olla. Cuando estén todos, apartamos la sartén y traemos de nuevo sobre el fuego la olla, a la que añadiremos ahora el agua, las dos cucharadas de brandy y un pellizco de sal. Tapamos la olla, ponemos la válvula y esperamos a que empiece a salir el vapor. A partir de ese momento, contamos 12 minutos y, pasados éstos, apagamos el fuego y retiramos la olla. Esperamos unos minutos (3 mínimo) antes de abrir la válvula, y otros tantos antes de abrir la olla. Y listo!!! Ya lo tendríamos para servir directamente, solo o con la guarnición que más os guste (patatas fritas, puré de patatas, arroz…).
¡Que aproveche!